Si pincháis en estos enlaces podréis ir al blog de Pacto por el Mar Menor y allí ver unos vídeos de los ponentes de las Jornadas de Pacto por el Mar Menor, realizadas el 30 de noviembre y 3 de diciembre de 2015.
Intervención de Miguel Ángel Esteve.
Intervención de Ángel Pérez Ruzafa.
Introducción por J.M Sánchez Vízcaino.
Las jornadas fueron muy interesantes y enriquecedoras, ya que hubo ponencias desde todos los puntos posibles de los sectores afectados por el Mar Menor.
Estuvieron presentes científicos, jurístas, economistas, agricultores, asociaciones de vecinos y finalmente se organizó una mesa con politicos de todas las fuerzas politicas presentes en la Región con el fin de lograr que hagan un PACTO que consiga sacar de su estado agónico al Mar Menor.
Fauna, flora y paisajes circundantes del Mar Menor. Claves para entender la importancia del ecosistema del Mar Menor. Noticias sobre el Mar Menor.
EL TIEMPO
sábado, 5 de diciembre de 2015
lunes, 30 de noviembre de 2015
domingo, 15 de noviembre de 2015
ALGAS Y FANERÓGAMAS MARINAS EN EL MAR MENOR: Cymodocea nodosa
Taxonomía:
Phyllum: Spermatophyta
Subphyllum: Angiospermae ( Angiospermas o fanerógamas )
Clase: Liliopsida
Orden: Najadales
Familia: Cymodoceae
Género: Cymodocea
Especie: nodosa ( Ucria ) Ascherson, 1869
Pradera de Cymodocea nodosa
Descripción:
Es una planta fanerógama, es decir una planta marina con flor, que además produce un fruto redondeado y comprimido lateralmente.
No hay que confundirla con una alga, ya
que no lo es. Tiene tallo, hojas y raíces verdaderas. Sus hojas son alargadas y filamentosas con el ápice redondeado de color verde oscuro
y de hasta 600 mm de longitud. Forma grandes praderas, unidas por tallos
rastreros de tipo rizoma que son horizontales y gruesos, de color rojizo, de
los que salen otros rizomas verticales, y de éstos salen las hojas en grupos.
Las raíces salen del rizoma horizontal hacia el substrato, le sirve para
fijarse y para la nutrición.
Esquema de anatomía de Cymodocea nodosa
Fruto de Cymodocea nodosa
Se parece mucho a otras dos fanerógamas marinas, también
existentes en el Mar Menor, Zostera noltii y Rupia cirrhosa, de las que se
diferencia porque la Cymodocea nodosa tiene en sus hojas unas nerviaciones
paralelas, de siete a nueve, y llegan hasta los extremos marginales de la
misma, mientras que la Zostera noltii, sólo tiene de tres a siete y no llegan
hasta los márgenes de la hoja y de Rupia cirrhosa porque esta, tiene las hojas
muy finas y el ápice dentado.
Macrofotografía de la hoja de Cymodocea nodosa , se pueden observar las nerviaciones y como llegan al borde de la hoja
Hábitat y biología:
Habita sobre todo en fondos blandos, arenosos o fangosos y
aguas someras, donde penetre bien la luz.
En el Mar Menor es común verla en las zonas menos profundas,
cercanas a las orillas de las playas, formando a veces praderas mixtas con
otras fanerógamas como Zostera noltii o Rupia cirrhosa, o la alga Caulerpa
prolifera que al tener una mayor tasa de crecimiento, la ha desplazado en
algunas zonas.
Pradera mixta de Cymodocea nodosa y Caulerpa prolifera
La Cymodoce nodosa es el hábitat preferido de muchas especies , como el pequeño gasterópodo Bittium reticulatum, que se puede encontrar a veces en grupos en sus hojas, de peces como las Agujas ( Syngnathus abaster ) o el caballito de mar ( Hippocampus ramolosus ), que se mimetizan entre ellas, o incluso sirve de soporte para algunas puestas de huevos de anélidos o moluscosopistobranquios, como Philine aperta.
Caballito de mar ( Hippocampus guttulatus ) en pradera mixta de Cymodocea nodosa y Caulerpa prolifera
Pez aguja ( Signatus abaster ) en pradera mixta de Cymodocea nodosa y Caulerpa prolifera
También es común verlas cubiertas de algas epífitas marrones
en las zonas más eutrofizadas de la laguna, sobre todo a partir de mediados de verano cuando el agua de la laguna contiene mayor cantidad de materia orgánica.
Cuando estas plantas mueren, sus hojas suelen verse flotando el agua, en forma de cintas amarronadas y acaban acumúlandose en las orillas de las playas, lo cuál es beneficioso para el ecosistema por varias razones: la primera porque impiden la erosión de la línea de costa, con lo cual habrá más arena que formará playa, la segunda porque la materia inorgánica producida por estas algas durante su descomposión en la orilla, será de nuevo utilizada por las algas y fanerógamas marinas para producir nueva materia orgánica y poder crecer y desarrollarse, con lo que el agua estará más oxigenada, debido a que las plantas y algas durante el proceso de fotosíntesis producen oxígeno, y esto a su vez repercute en la fauna marina y en la pesquería, por lo tanto económicamente, tercero porque estas algas son el hábitat ideal para pequeños invertebrados que sirven de alimento a las aves marinas limícolas, como vuelvepiedras, chorlitejos, chorlitos, archibebes, cigüeñelas...
Por todo ello es muy importante para el ecosistema de la laguna que aunque desprendan malos olores durante el proceso de putrefracción no sean retiradas, al menos de forma masiva y en determinadas estaciones.
En el siguiente vídeo se puede observar una pradera de Cymodocea nodosa típica de los fondos del Mar Menor y algunas de ellas cubiertas por esas algas marrones epífitas:
Pradera de Cymodocea nodosa en el Mar Menor
Cuando estas plantas mueren, sus hojas suelen verse flotando el agua, en forma de cintas amarronadas y acaban acumúlandose en las orillas de las playas, lo cuál es beneficioso para el ecosistema por varias razones: la primera porque impiden la erosión de la línea de costa, con lo cual habrá más arena que formará playa, la segunda porque la materia inorgánica producida por estas algas durante su descomposión en la orilla, será de nuevo utilizada por las algas y fanerógamas marinas para producir nueva materia orgánica y poder crecer y desarrollarse, con lo que el agua estará más oxigenada, debido a que las plantas y algas durante el proceso de fotosíntesis producen oxígeno, y esto a su vez repercute en la fauna marina y en la pesquería, por lo tanto económicamente, tercero porque estas algas son el hábitat ideal para pequeños invertebrados que sirven de alimento a las aves marinas limícolas, como vuelvepiedras, chorlitejos, chorlitos, archibebes, cigüeñelas...
Restos de Cymodocea nodosa acumulados en la playa
Restos de Cymodocea nodosa acumulados en La Marina del Carmolí
En el siguiente vídeo se puede observar una pradera de Cymodocea nodosa típica de los fondos del Mar Menor y algunas de ellas cubiertas por esas algas marrones epífitas:
Pradera de Cymodocea nodosa en el Mar Menor
domingo, 18 de octubre de 2015
UN DÍA CUALQUIERA DE LOS JÓVENES DE LOS AÑOS 50 EN EL MAR MENOR
Corría la década de los años 50, cuando en la población de
Los Urrutias, en el Mar Menor, aún no había llegado la luz ni el agua. Por aquel entonces pasaba
el aguador, llamado el tío Belmonte, del que ya hablamos
anteriormente en una de las leyendas del Mar Menor, repartiendo el agua extraída de un gran aljibe, propiedad suya que estaba enfrente del Castillico del Miedo, con su carro tirado por una mula y donde llevaba una gran cuba de agua que ocupaba toda la parte de atrás del carro.
Por aquel entonces las diversiones de los jóvenes eran muy diferentes a las de ahora. Por las mañanas se reunían bajo los toldos a hablar chicos y chicas mientras ellas hacían alguna labor, como coser o bordar, para jugar al "mate" con la pelota o cantar con sus guitarras todos juntos y darse un buen baño después. Por las tardes hacían guateques con gramófonos que no utilizaban electricidad y que se prolongaban hasta las oscuras noches a la luz de candiles y velas, ya que no había alumbrado en las casas, ni mucho menos en las calles.
Otra de las diversiones del verano eran las visitas a las islas del Mar Menor o a La Manga, en barcos de pescadores que contrataban entre todos.
Estos pescadores llevaban a los grupos de jóvenes a las
costas, aún vírgenes de La Manga del Mar Menor. Dónde al llegar, lo primero que hacían era cambiarse y ponerse la ropa de baño, para ello las chicas del
grupo se iban detrás de unas dunas a cambiarse y los
chicos a otro lado. Además se llevaban desde casa la comida y el postre, que
consistía en melones y sandías, que enfriaban en la orilla de la playa
o enterrándolos en la arena. El agua dulce la sacaban los pescadores, de pozos que excavaban
en lugares determinados, donde ellos sabían por su experiencia que había agua
potable. Allí se llevaban guitarras, pelotas para jugar y recogían lirios,
entonces muy abundantes en las dunas de arena blanca que por entonces eran tan
comunes en este paraíso perdido del Mar Menor.
A la vuelta a casa, las embarcaciones casi siempre se quedaban sin viento que pudiera hacerlas avanzar cuando pasaban entre las islas del Barón y la Perdiguera, así que los pescadores llevaban en sus barcos grandes remos de madera con los que les tocaba remar a los chicos hasta que soplara de nuevo el viento. Por eso casi siempre se les hacía de noche y al no haber alumbrado en las poblaciones costeras, no tenían un punto de referencia hacia el que volver, por lo que en tierra sus padres les colocaban candiles a modo de farol para que pudieran saber dónde tenían que desembarcar, ya que no tenían otro modo de comunicar con ellos más que por estas señales visuales. Por este motivo siempre que podían hacían estas excursiones los días en que por la noche habría luna llena, para que así a la luz de la luna pudieran tener una mejor iluminación al navegar.
Por aquel entonces las diversiones de los jóvenes eran muy diferentes a las de ahora. Por las mañanas se reunían bajo los toldos a hablar chicos y chicas mientras ellas hacían alguna labor, como coser o bordar, para jugar al "mate" con la pelota o cantar con sus guitarras todos juntos y darse un buen baño después. Por las tardes hacían guateques con gramófonos que no utilizaban electricidad y que se prolongaban hasta las oscuras noches a la luz de candiles y velas, ya que no había alumbrado en las casas, ni mucho menos en las calles.
Jóvenes de los años 50 en un típico toldo en Los Urrutias
Otra de las diversiones del verano eran las visitas a las islas del Mar Menor o a La Manga, en barcos de pescadores que contrataban entre todos.
Barco de pescadores de vela latina típico de la época
Jóvenes de los años 50 en uno de los barcos que utilizaban para sus viajes por el Mar Menor
Jóvenes recostados en las dunas, muy abundantes por esa época en La Manga del Mar Menor
Saludando al Mar Menor
A la vuelta a casa, las embarcaciones casi siempre se quedaban sin viento que pudiera hacerlas avanzar cuando pasaban entre las islas del Barón y la Perdiguera, así que los pescadores llevaban en sus barcos grandes remos de madera con los que les tocaba remar a los chicos hasta que soplara de nuevo el viento. Por eso casi siempre se les hacía de noche y al no haber alumbrado en las poblaciones costeras, no tenían un punto de referencia hacia el que volver, por lo que en tierra sus padres les colocaban candiles a modo de farol para que pudieran saber dónde tenían que desembarcar, ya que no tenían otro modo de comunicar con ellos más que por estas señales visuales. Por este motivo siempre que podían hacían estas excursiones los días en que por la noche habría luna llena, para que así a la luz de la luna pudieran tener una mejor iluminación al navegar.
Vista de La Manga virgen en los años 50
jueves, 24 de septiembre de 2015
ENTREVISTA EN TV MURCIANA AL CATEDRÁTICO DE ECOLOGÍA ÁNGEL PÉREZ RUZAFA
De nuevo el catedrático de ecología de la UMU y especialista en la ecología e hidrodinámica del Mar Menor, Ángel Pérez Ruzafa, es entrevistado y pone de manifiesto, o mejor insiste en las mismas ideas, que en la entrevista que se le hizo desde este blog acerca de la gestión tan nefasta que se está realizando y se ha realizado en las últimas décadas desde Demarcación de Costas y la Consejería de Agricultura y Agua de la Comunidad de Murcia sobre la problemática del Mar Menor.
En la entrevista vuelve a reiterar que el Mar Menor está en estado crítico y que si no se pone remedio pronto "morirá" tal y como lo conocemos, aunque dé paso a un "nuevo Mar Menor" que nada tendrá que ver con el actual, igual que el de ahora nada tiene que ver con el que fue antes de la apertura del canal de El Estacio, la urbanización salvaje que se hizo en las poblaciones de su perímetro y la conversión en campos de regadío del Campo de Cartagena.
El contenido de la entrevista es realmente interesante y conviene verla hasta el final para comprender mejor cuáles son los verdaderos problemas que atañen al Mar Menor.
Para verla, puedes pinchar en este enlace:
Entrevista a Ángel Pérez Ruzafa en TV Murcia en el programa "Primera Línea"
En la entrevista vuelve a reiterar que el Mar Menor está en estado crítico y que si no se pone remedio pronto "morirá" tal y como lo conocemos, aunque dé paso a un "nuevo Mar Menor" que nada tendrá que ver con el actual, igual que el de ahora nada tiene que ver con el que fue antes de la apertura del canal de El Estacio, la urbanización salvaje que se hizo en las poblaciones de su perímetro y la conversión en campos de regadío del Campo de Cartagena.
El contenido de la entrevista es realmente interesante y conviene verla hasta el final para comprender mejor cuáles son los verdaderos problemas que atañen al Mar Menor.
Para verla, puedes pinchar en este enlace:
Entrevista a Ángel Pérez Ruzafa en TV Murcia en el programa "Primera Línea"
martes, 22 de septiembre de 2015
ENTREVISTA CON ÁNGEL PÉREZ RUZAFA CATEDRÁTICO DE ECOLOGÍA DE LA UNIVERSIDAD DE MURCIA
Ángel Pérez Ruzafa es uno de los mejores investigadores en
el estudio del Mar Menor, nacido en Murcia y veraneante en Los Urrutias, es Doctor
en Biología y catedrático de la UMU en el área de Ecología. Curiosamente
también licenciado en la facultad de Bellas Artes en la UMU y aficionado a
pintar cuadros en sus ratos libres. Tiene una larga actividad docente en la Universidad
de Murcia desde 1982 impartiendo numerosas materias. Su actividad investigadora
también es muy prolífica en diversas líneas de investigación, siempre
relacionadas con el medio marino en España y en otros países. Ha hecho
numerosas comunicaciones y ponencias científicas, dirigido tesis doctorales y
de Máster y es autor o coautor de ochenta y dos libros o capítulos de libros.
¿Cuál es el estado actual del Mar Menor en tu opinión?
El Mar Menor está sufriendo una presión muy alta, pero
también está demostrando una gran capacidad de resistencia. Se está defendiendo
bien y aún sigue siendo la laguna costera con aguas más limpias y mayor
biodiversidad y complejidad que conozco, pero no sabemos cuánto tiempo podrá
seguir resistiendo nuestras agresiones.
¿Podrías hacer un
"diagnóstico" de su situación enumerando por orden de importancia los
problemas más graves a los que está expuesto actualmente?
Si en su día el principal daño lo causó el dragado y
ensanche del canal del Estacio, actualmente hay dos problemas muy graves que
pueden terminar con el Mar Menor como lo conocemos: los vertidos por la rambla
del Albujón y las continuas operaciones de dragado, vertidos de arena y
tractores limpiadores en sus orillas.
¿Cuál crees que son
las medidas más acuciantes que se deben tomar para mejorar el estado de la
laguna?
Lo primero y muy urgente es dejar de alterar sus orillas y,
por supuesto, reconducir el vertido a través de la rambla del Albujón para que
esas aguas no lleguen a la laguna. El problema no son las aguas que pueden
entrar tras una lluvia torrencial, sino el aporte continuo que actualmente
tiene la rambla del Albujón. Por eso, antes de invertir en tanques de tormenta,
es mucho más importante y efectivo actuar sobre el Albujón.
¿Crees que se están poniendo soluciones definitivas para acabar con alguno de los problemas que has nombrado desde la Dirección de Medio Ambiente de la Comunidad de Murcia o simplemente se están poniendo algunos “parches”?
De momento solo "parches", y frecuentemente ni
eso. Se actúa a instancias de las directivas europeas, a plazo vencido y bajo
la amenaza de sanciones, pero no hay un plan claro de actuación. En la
Comunidad hay muy buenos profesionales y con voluntad de hacerlo bien, pero se
necesitan directrices políticas decididas y claras, con un ánimo claro de anticipar y evitar los problemas y no enturbiadas por intereses particulares o
sectoriales. Además, es fundamental una coordinación entre administraciones. No
es de recibo que no haya un plan de actuación conjunto entre la Comunidad
Autónoma (y dentro de ellas las distintas direcciones generales), los
ayuntamientos y la delegación de Costas. Algunas de las medidas que se toman,
son tan equivocadas, y tan dañinas, que duele ver el mal que causan con el
dinero que cuestan.
¿Qué opinión te
merece el uso de redes y “barcos pelícano” de la Cofradía de Pescadores de San
Pedro del Pinatar para contener la población de medusas durante el verano?
Como ya decíamos en el estudio que dirigí hace ya 19 años,
las redes son una solución provisional que evita que lleguen a la zona de baño
las medusas de mayor tamaño, y el barco es un absurdo. En dicho estudio
cuantificamos el porcentaje de la población de medusas que extraía. Apenas
llegaba al 8%, de una población de 46 millones de individuos, con un potencial
reproductivo de un millón de huevos por pareja. No hace falta hacer muchos
números para darse cuenta de su inutilidad. Pero parece que había mucho interés
en que siguiera habiendo barco. Si el dinero que se ha gastado en estos casi 20
años se hubiera dedicado a investigación tendríamos el mejor centro y equipo de
personas formadas en el estudio de lagunas costeras del mundo y los gestores
tendrían bases científicas y conocimiento para la toma de decisiones del día a
día y del medio y largo plazo. Pero parece que esto no resulta interesante para
la Región.
Actualmente se están
acometiendo obras de regeneración de playas en las poblaciones circundantes del
Mar Menor dragando arena del mar o trayéndola desde el Mediterráneo y
depositándola en la orilla, ¿crees que esto es beneficioso para el ecosistema
de la laguna?
Como he comentado, esta es una de las peores cosas que se
puede hacer en el Mar Menor. Quizás podría haber una actuación puntual en algún
momento muy concreto, pero lo que se está haciendo es un auténtico
despropósito. De hecho, consigue justo lo contrario de lo que se pretende
hacer. Hace ya tiempo que demostramos que tanto los dragados como los vertidos
de arena producen los mismos efectos sobre los fondos. Hacen que la producción
primaria aumente y se acelera la acumulación de materia orgánica. Los fondos se
desestabilizan y aumenta la turbidez, lo que favorece que se instale y se
desarrolle el alga Caulerpa prolifera, ocupando los espacios en los que debería
estar la fanerógama Cymodocea nodosa. Caulerpa es muy perjudicial, porque
aporta mucha materia orgánica y partículas muy finas, produciendo un sedimento
fangoso y anóxico, con olor a sulfídrico. En cambio, Cymodocea retiene las
arenas y ayuda a mantener la playa sin enfangar el sedimento, y es la zona de
refugio de las especies de interés pesquero. Por tanto, el resultado final de
las operaciones de dragado y vertido es que el sedimento se enfanga y el agua
pierde calidad para el baño. A esto se le suma que los primeros temporales
vuelven a erosionar la playa y la arena es arrastrada al mar, perdiéndose
profundidad. La repetición reiterada de este proceso hace que los fondos estén
permanentemente enfangados, con cada vez más materia orgánica y anóxicos y la
arena arrastrada y que queda fuera del alcance de las palas excavadoras
terminará formando barreras frente a la costa y dejando aguas estancadas junto
a la orilla. Lo dicho, un desastre. Solo se consigue empeorar lo que se quería
corregir.
Medusas huevo frito ( Cotilorhyza tuberculata ) atrapadas en las redes en la zona de baño
Los vecinos se quejan
de los malos olores que producen la acumulación de algas en las orillas de las
playas, ¿qué opinas de la limpieza de playas y la retirada de algas en
descomposición de las costas del Mar Menor?¿qué le dirías a los vecinos para
convencerlos de que no es una buena idea, si piensas así?
Limpiar la zona emergida podría hacerse, pero con tacto y
sensibilidad. En el Mar Menor siempre ha habido zonas de acumulación de hojas
de Cymodocea o de algas. Durante el invierno lo mejor es no tocarlas, porque
ayudan a que la playa se mantenga y los levantes no la erosionen. En verano
habría que plantearse cada acción. Una acción puntual de limpieza en un lugar
determinado podría ser aceptable, pero teniendo en cuenta todo lo que hemos
dicho de las consecuencias de los dragados. Lo mejor sería hacerlo con cuidado,
con rastrillos manuales y no con palas excavadoras. El dragado incontrolado invadiendo
la zona sumergida solo empeorará el problema y lo hará crónico.
Desde la Dirección
General de Medio Ambiente se ha propuesto la construcción de una pasarela
peatonal que una Las Encañizadas de La Manga del Mar Menor con La Punta de
Algas de Lo Pagán, ¿en tu opinión crees que esto podría afectar de alguna forma
a la flora y fauna de la zona?
Ahora mismo no tengo datos para afirmar si sería buena o
mala. Como escribí hace un tiempo para el periódico, es posible imaginar
ventajas, pero también hay riesgos. La zona es muy sensible y hay muchos
aspectos relacionados con la estabilidad de los sedimentos, las corrientes y la
conectividad entre el Mediterráneo y el Mar Menor que habría que tener en
cuenta. En mi departamento algunos compañeros están haciendo el estudio y
parece que han concluido que no es recomendable. Tendría que leer el trabajo
para poder valorarlo en detalle.
Todos los inviernos
mueren cientos de aves atrapadas en las redes de pesca que se calan en el Mar
Menor, sobre todo debido a que se calan muchas redes ilegales, ¿crees que
existe una sobreexplotación pesquera en la laguna?
No tengo datos de la mortandad de aves en redes de pesca. Me
consta que hay series largas de censos de aves y no sería difícil hacer el
estudio de la tendencia que han sufrido sus poblaciones y valorar si existe un
efecto real negativo sobre algunas especies relacionando su tendencia temporal
con las incidencias con las redes. Mi percepción es que no debe ser un problema
grave. Lo que sí puedo decir es que no hay síntomas de sobreexplotación
pesquera. Hay que tener en cuenta que la mayoría de las especies que se
explotan en las lagunas costeras son migratorias y se reproducen fuera del Mar
Menor. Posiblemente sólo una parte de la población entra en la laguna y eso
hace que la presión pesquera se diluya. El problema de las redes ilegales sería
por tanto más de tipo social que posiblemente ecológico, pero nuevamente, para
hacer un diagnóstico seguro habría que estudiar el tema de forma específica,
valorar la incidencia real y sobre qué especies se produce.
En cuanto a la
construcción de Puerto Mayor en La Manga del Menor, ¿Crees que su construcción
afectaría en algún aspecto grave al funcionamiento del ecosistema de la
laguna?, ¿cuál sería la consecuencia principal de seguir adelante con este
proyecto?
También es difícil saberlo sin un estudio específico. Es
triste que ante actuaciones tan polémicas y de riesgo, nadie tome la decisión
de que hay que tener información para poder tomar decisiones acertadas. Lo que
sí es seguro es que afectaría, y de hecho ya ha afectado, a las comunidades del
Mediterráneo, y muy particularmente a las que estaban en la transición entre el
Mar Menor y los fondos de mar abierto. La bahía ya alterada por el inicio de
las obras era un enclave muy singular. Para conocer el efecto sobre el Mar
Menor habría que realizar el modelado hidrodinámico de cómo afectaría a las
corrientes y a los intercambios de aguas entre el Mar Menor y el Mediterráneo,
como se alteraría la salinidad del Mar Menor y, sobre todo, cómo afectaría a la
conectividad y a la colonización de larvas y juveniles. Otro problema potencial
es el del incremento de contaminantes asociados a la actividad portuaria. Pero
nuevamente nos encontramos con el mismo problema, sin inversión en
investigación para responder a estas preguntas seguiremos gestionando y tomando
decisiones a ciegas. Causando daños irreparables, que también afectan al
turismo y la fuente de ingresos que supone, o perdiendo oportunidades de
desarrollo, que también es valorable. Lo peor es que con la forma de actuar que
se tiene, se consiguen las dos cosas. Es triste.
La rambla del
Albujón, como todos sabemos es uno de los principales focos de contaminación
del Mar Menor, debido al arrastre de nitratos y fosfatos desde las plantaciones
del Campo de Cartagena, ¿solucionaría parte del problema de contaminación del
Mar Menor hacer una depuración de las aguas que esta rambla drena hacia la
laguna?, en caso afirmativo, ¿cuál sería la mejor forma para depurarla?
Sin duda este es uno de los grandes problemas actuales del
Mar Menor. Lo mejor sería que esta agua no llegara a la laguna. Incluso
depurada, al afectar a la salinidad, supone un problema grave para un
ecosistema que es hiperhalino por naturaleza. Supongo que podría haber
soluciones tecnológicas para reutilizar esa agua en condiciones aceptables. Eso
es un problema técnico y de ingeniería química. También podría haber soluciones
biológicas que podrían ser interesantes, como la instalación de sistemas de
humedales que harían de filtro verde y de zona de interés para aves acuáticas y
otra fauna y flora naturales. Tanto las primeras, como las segundas podrían ser
soluciones complementarias.
Desembocadura de la rambla del Albujón al Mar Menor
Tú veraneas toda tu
vida en la playa de Los Urrutias, los vecinos están pidiendo que se quiten los
espigones que se pusieron en su día con el fin de que contribuyeran a la
formación de las playas de esta localidad y que no han servido más que para
acumular fangos que desprende malos olores y que forman fondos movedizos en los
que te hundes en algunos sitios hasta
las rodillas casi, ¿crees que sería una buena solución quitarlos para la
mejora de la calidad de las playas de esta localidad?
Nunca debieron instalarse y así lo recomendamos en su día. De
hecho nunca han servido para nada, ya que la arena se va cada invierno y hay
que reponerla. Ahora lo mejor es quitarlos y dejar que el sistema recupere su
equilibrio natural. En un par de años las arenas se habrán distribuido y
volveremos a tener playas naturales. Es inevitable que haya zonas más arenosas
que otras. Es inevitable que haya zonas más pedregosas. Esto depende de la
morfología de la costa y del equilibrio con el oleaje, pero lo que no es de
recibo es el enfangamiento y la zona de aguas muertas que producen los diques.
El problema es que las prisas por eliminar los fangos que han producido los
diques hacen que se hagan dragados, y esto, como hemos visto, solo empeora el
problema y no permite que el sistema recupere su estado original retrasando la
solución.
Por último, y
respecto a esta localidad también, ¿qué opinión te merece el dragado de la zona
del puerto de Los Urrutias?, ¿piensas que podría afectar de alguna forma a la
fauna y flora, como por ejemplo fartet, un pez en peligro de extinción, y a las
aves acuáticas?
Esta podría ser una de esas acciones puntuales que podría
ser asumible y al ser muy localizada podría no tener consecuencias sobre
poblaciones que tienen una distribución más amplia, pero, una vez más, antes
habría que comprobarlo y valorarlo. Unas fechas podrían ser más recomendables
que otras para realizar la actuación en función de la dinámica de las
poblaciones afectadas. La zona, actualmente, está muy
mal, pero eso es también consecuencia de un mal diseño de las obras costeras,
por lo que el dragado puede que no sirva para nada y que en un año lo tengamos
igual.
ENTREVISTA CON JULIO MAS HERNÁNDEZ INVESTIGADOR DEL INSTITUTO OCEANOGRÁFICO ESPAÑOL
Julio
Mas (Cartagena, 1953) es Doctor en Biología por la Universidad Autónoma de
Madrid, el título de la Tesis Doctoral fue “El Mar Menor. Relaciones,
Diferencias y Afinidades entre la Laguna Costera y el Mar Mediterráneo
adyacente”.
Investigador
Titular del Instituto Español de Oceanografía (IEO), ha sido Director del
Centro Oceanográfico de Murcia durante más de una década y también desarrolló
sus labores profesionales en el Servicio de Pesca y Acuicultura del la
Comunidad Autónoma de la Región de Murcia.
Investigador
Principal en proyectos del Plan Nacional y en convocatorias europeas
relacionadas con la ecología marina. Es autor de numerosos artículos,
publicados tanto en revistas de ámbito científico como en otros medios de
divulgación y ha participado en más de 60 campañas oceanográficas en diversos
mares y océanos.
Experto
de la OCDE en Gestión Integrada de la Zona Costera (ICZM) y de la Comisión
Europea para asuntos relacionados con las tortugas marinas.
Asesor
del Ministerio de Medio Ambiente y de la Comisión Europea, en relación a la
conservación de la Biodiversidad Marina.
Miembro
del Grupo de Trabajo, Convenio de Bonn, sobre la conservación de las
poblaciones de foca monje (Monachus
monachus) en el Atlántico Oriental.
Ha
sido Vicepresidente de Greenpeace España y colaborado desde sus inicios con
ANSE (Asociación de Naturalistas del Sureste) y con otras entidades y Ong’s
conservacionistas.
El
Instituto Español de Oceanografía es un Organismo Público de Investigación, que
pertenece a la Administración del Estado. Esto quiere decir que asesora a las
diferentes Administraciones no sólo en aguas que son competencia de las
Comunidades Autónomas, sino en todas aquellas en las que existe un interés
nacional, ya bien sea por la pesca, por Convenios Internacionales como el de
Barcelona (Mediterráneo) o el de OSPAR (Atlántico), o por otros motivos más
coyunturales. Igualmente está implicado en campañas oceanográficas
prácticamente por todos los océanos del mundo, incluidos el Ártico y la
Antártida, o la campaña de circunnavegación del globo "Expedición Malaspina".
Concretamente
con respecto al Mar Menor, la relación de este Centro Oceanográfico en concreto
con él es muy profunda, ya que se ubicó aquí precisamente porque las
encañizadas representaban una ocasión idónea para iniciar los cultivos marinos
en peces y crustáceos, complementadas con otras líneas de investigación como la
contaminación o la pesca.
¿Cuáles son las principales contribuciones que
han hecho los investigadores de este organismo para mejorar las condiciones del
ecosistema de la laguna y su conocimiento?
Por
una parte lo comentado en la pregunta anterior, este Centro fue pionero en
España y en Europa en el desarrollo de la acuicultura marina mediterránea,
fundamentalmente de dorada, lubina, langostino y otras especies como diferentes
tipos de mújoles, magres, sepias, etc. También y dentro de este campo se
hicieron estudios sobre la población de ostra plana en la laguna, y sus posibles
técnicas de engorde, captación de semilla, entre otras experiencias.
En
lo que se refiere a la contaminación, este Centro tiene una larga tradición en
la investigación de diversos contaminantes, como por ejemplo los metales
pesados procedentes de la Sierra Minera de Cartagena-La Unión, contaminantes
orgánicos procedentes del Campo de Cartagena, el efecto de las pinturas/patentes
de los barcos (Tributilo de Estaño), los contenidos de hidrocarburos, así como
la contaminación orgánica y bacteriológica. En los últimos tiempos se ha
dedicado especial atención a los efectos de determinados impactos como los
aportes de la rambla del Albujón, la entrada de la contaminación por vectores
aéreos, y a diferentes contaminantes conocidos como "emergentes",
tales como los fármacos y las hormonas.
Desde
los años 50 del pasado siglo se han evaluado las poblaciones de especies
comerciales en el Mar Menor, de manera que los estudios sobre la pesca han
permitido disponer de series históricas, muy valiosas para comprender la evolución
y los cambios que sobre poblaciones y especies han tenido determinados
acontecimientos, como por ejemplo la apertura del canal de El Estacio. Por sus
particularidades algunas especies como el Fartet, Caballito de Mar y en la
actualidad la anguila, entre otros, han sido objeto de investigaciones
específicas. Igualmente se ha mantenido un control sobre la aparición de nuevas
especies en la laguna, incluidas algunas exóticas, o las procedentes del
mediterráneo, como pudieran ser las 2 especies de medusas, hoy predominantes,
frente a la presencia histórica de una única especie Aurelia aurita.
Aurelia aurita en el Mar Menor
La
diversidad de trabajos incluye, estudios de la dinámica oceanográfica entre el
Mar Menor y el Mediterráneo, fundamental para comprender la estructura físico-química
de la columna de agua y de las masas de la cubeta norte y sur, claramente
diferentes. Y paralelamente a lo comentado en la pesca, la evolución en el
tiempo de los diferentes cambios en los principales parámetros oceanográficos
como la temperatura, salinidad, contenidos en nutrientes, oxígeno disuelto,
entre otros, como un elemento comparativo, para en la medida de los posible
prever su futuro comportamiento.
Igualmente
habría que incluir estudios sobre fito y zooplancton, incluida la presencia de
apariciones masivas de agregados mucilaginosos, cartografía de las comunidades
bentónicas, precisamente y en tiempos recientes se ha realizado un trabajo
minucioso sobre las diferentes poblaciones de angiospermas marinas en el
entorno de las encañizadas. Así como otros campos del conocimiento sobre los
que nos extenderemos por no hacer demasiada larga esta entrevista.
¿Cuáles consideras que son los problemas
ambientales más importantes en el Mar Menor en este momento?
Desde
mi punto de vista, probablemente el problema ambiental más grave que tiene el
Mar Menor es la elevación del nivel del mar, debido a los efectos de cambio
climático. Una problemática de difícil solución, no sólo porque está
relacionado con un cambio global en todo el planeta, sino porque también plantea
soluciones complicadas en la defensa de la integridad de La Manga. La rotura de
esta lengua de arena, y la invasión de agua mediterránea, cambiaría
drásticamente todo el ecosistema lagunar tal y como hoy lo conocemos.
Foto La Manga
El
resto de amenazadas son más conocidas, o al menos han tenido una mayor
difusión, la contaminación por diferentes tipos de agentes, la entrada de
especies foráneas, la colmatación de sus fondos, el incremento de las
urbanizaciones y sus consecuencias en el litoral, los aportes de su cuenca de
drenaje, el incremento de la población no sólo estival sino permanente, la
proliferación o ampliación de puertos deportivos, el aumento de puntos de
fondeo de embarcaciones libres, son sólo algunas de las amenazas ambientales
que podríamos citar. No hay que olvidar que este es un sistema lagunar muy
peculiar, con un intercambio de masas de agua reducido con el Mediterráneo, y
que está sujeto a un gran estrés ambiental.
¿Crees que se está poniendo remedios
adecuados para remediarlos desde la Dirección General de Medio Ambiente?
En
mi opinión la problemática del Mar Menor no es un tema exclusivamente
ambiental, aunque este componente sea quizás el que tenga mayor importancia. La
gestión de la laguna implica a los ayuntamientos ribereños, a la propia
Autonomía, al Gobierno Central, incluso a la UE ya que tiene figuras legales de
ámbito europeo, y debe sus carencias al modelo de crecimiento social y económico preponderante desde los años 60,
y a la falta de autocrítica y de medidas concretas ante las evidencias de su
deterioro.
Sería
necesaria una toma de postura colectiva (es decir no sólo implicando a los
responsables de las diferentes administraciones, sino a la sociedad en su
conjunto) para poner en valor lo que significa el Mar Menor desde muy
diferentes perspectivas. El factor económico es sin duda muy importante, y la
aportación que el entorno de las actividades que se desarrollan a partir de la
existencia de la laguna, y de su explotación, es una de las grandes
aportaciones al PIB de esta Comunidad Autónoma. Sobre este punto habría que
reflexionar, sobre qué pasaría si las condiciones ambientales se deteriorasen
de tal modo, que algunas de esas actividades económicas no se pudiesen
desarrollar tal y como hoy las conocemos, las consecuencias económicas y
sociales, serían sin duda, dramáticas.
El
resto de medidas se basarían en la contraposición a las amenazas ya comentadas,
es decir, vertido cero de contaminantes a la laguna, absorción del exceso de nutrientes
procedentes de la campo de Cartagena por medio de sistemas naturales y más
ecológicos de los que hasta ahora se han planteado, revisión de los efectos de
los metales pesados sobre todo en la cubeta sur, control del agua de los
acuíferos, plan de ordenación de puertos deportivos y fondeo libre de
embarcaciones, estimando su capacidad de carga, revisión de la entrada de
nuevas especies, fundamentalmente las exóticas, etc.
Como
conclusión es preciso un modelo multidisciplinar, integral e integrado de toda
la gestión sobre el Mar Menor, y que contemple al ecosistema como tal, una
unidad, no un modelo que por una parte actúa sobre los vertidos, otro sobre el
medio natural, otro sobre la conservación de la línea de costa, etc., y sin
coordinación entre ellos.
Tu
tesis trata sobre la mediterraneización del Mar Menor, ¿qué rasgos son los más
parecidos actualmente entre los dos mares?
Bueno
en realidad más bien se trataba de analizar en que se parecían y en que se
diferenciaban el Mar y el Mediterráneo, y cómo se había producido esa evolución
en el tiempo.
Si
se estudia la evolución de los aspectos ambientales de la laguna desde mediados
del siglo pasado hasta la actualidad, sin duda la ampliación de la antigua
encañizada de El Estacio, para la construcción del puerto Tomás Maestre, ha
sido el factor que ha sido más influyente en los cambios que hemos podido
registrar.
Canal de El Estacio en La Manga del Mar Menor
El
modelo de circulación que nosotros postulamos se basa en un sistema de
intercambio en forma de dos capas entre el agua de la cubeta sur hacia la
norte. En otras palabras el gran intercambio
se produce por el Estacio, por donde entra agua mediterránea y sale agua
de las características del Mar Menor. Una vez dentro de la cubeta, el agua
mediterránea, por los efectos del clima se va evaporando y consecuentemente
aumentando su densidad y adquiriendo las características de las de la laguna. A
partir de aquí se produce un fenómeno complejo, derivado de las diferencias de
densidades, los agentes fuerza como el viento, y las diferencias de nivel entre
ambos mares, de forma que una parte de estas masas de agua, en forma de bicapa
emigra hacia la cubeta norte, donde las condiciones son mas similares a las de
la cubeta sur.
En
concreto todavía hay muchos rasgos diferenciales entre ambos, y aunque el
proceso de mediterraneización no ha concluido (y si no hay componentes
catastróficos es posible que se mantenga como elemento diferencial en el
tiempo), estos procesos además se han visto modificados últimamente por los
efectos del cambio global, aunque se comprueban fenómenos de convergencia
ecológica, se aprecia que siguen
manteniéndose ciertas diferencias.
¿A qué se debe que en determinadas zonas
del Mar Menor, me refiero sobre todo a la cubeta norte, las condiciones
actuales sean tan parecidas entre los dos mares?
No
creo que las condiciones de la cuenca norte sean tan iguales a las del
Mediterráneo, aunque sí claramente diferentes a las de la cubeta sur, dentro
del contexto lagunar. Más bien son, como decía en el párrafo anterior, procesos
de convergencia ecológica, entre ecosistemas que van diluyendo, las diferencias
ambientales, que anteriormente los segregaban.
Pero
sin duda y en la actualidad siguen siendo ecosistemas muy distintos, en el
ciclo de la temperatura y la salinidad a lo largo del año, en sus comunidades,
hábitats y especies, en su dinámica oceanográfica y otros aspectos. Al fin y al
cabo una es una laguna costera relativamente aislada de un mar abierto, y el
otro es precisamente eso un mar, que aunque conformado por los continentes y en
ese sentido también es un mar cerrado, no se puede comparar al Mar Menor.
Ese parecido entre los dos mares en esas
zonas, ¿es positivo o no para el ecosistema del Mar Menor?
El
Mar Menor es un ecosistema muy singular, y en mi opinión debería de seguir siéndolo,
por lo tanto y en la medida de lo posible deberíamos intentar que mantenga esos
rangos diferenciadores que son sus señas de identidad.
Lagunas
costeras hay muchas en el Mediterráneo, algunas de ellas parecidas al Mar
Menor, pero cada una de ellas es diferente a las demás, influenciadas por la
situación geográfica, el régimen climático, su relación con las aguas
mediterráneas o atlánticas y otra multitud de factores. Dentro de ellas hay
afinidades, por ejemplo las del sur de Francia son bastante similares, las de
los deltas del Ebro o del Nilo también, pero en realidad el Mar Menor está
relativamente alejado de otras lagunas y en una posición geográfica muy
particular, no de otras zonas húmedas como las salinas de Torrevieja y Santa
Pola o la laguna de La Mata, muy diferentes, de esto su singularidad.
También
hay que reconocer que determinados cambios, como el ya varias veces mencionado
ampliación del canal de El Estacio, han tenido repercusiones negativas, pero si
ese intercambio de aguas no se hubiese producido, en determinadas décadas de
finales del pasado siglo, cuando los vertidos estaban mucho menos controlados,
se iniciaba la agricultura intensiva a gran escala en el Campo de Cartagena, y
otros elementos del denominado "desarrollo" evolucionaban sin
control, la dilución de contaminantes de todo tipo, los contenidos de oxígeno
en la columna de agua y otros aspectos medioambientales podrían haber llevado a
este pequeño mar interior a un situación de colapso.
¿Qué especies han sido las más
perjudiciales o al contrario beneficiosasde las que han entrado desde el
mediterráneo?
Bien,
esta pregunta también se responde en parte con los argumentos de las
anteriores. Simplificando de algún modo, estos cambios han sido más
perjudiciales para aquellas especies o hábitats que por sus características,
eran capaces de sobrevivir en un condiciones más rigurosas en el sentido del
aislamiento, los ciclos anuales de temperatura y salinidad, las posibilidades
de reproducción y otros factores, que hacían que la dominancia fuese de pocas
especies, aunque con muchos individuos y los hábitats reducidos en número, pero
ocupando o dominando la mayor parte del medio pelágico y bentónico.
Por
ejemplo en los trabajos de Lozano Cabo en la década de los 50 del siglo pasado,
y anteriores, se describe una laguna con poca vegetación de fondo, y aunque en
sus claves de identificación aparecen también más de cincuenta especies de
peces, en realidad la biomasa en general estaba dominada por varias especies de
mújoles, dorada, lubina, magre y diversos espáridos, además de otras especies no comerciales.
En
la actualidad el número de especies descritas o identificadas en su interior se
ha incrementado notablemente, aunque exceptuando el caso de la dorada que en
los últimos años está alcanzando unos niveles de captura excepcionales, la
dominancia del número de especies y de individuos más abundantes, está más
equilibrada que en épocas anteriores.
¿Cuál crees que es la causa de que hayan
podido penetrar esas especies invasoras en el Mar Menor?
En
sentido estricto hay una diferencia entre especies colonizadoras e invasoras, y
curiosamente en el Mar Menor tenemos de los dos ejemplos. Por una parte está la adaptación de especies a
ese proceso de convergencia entre ambos mares, es decir el primer caso es el de
aquellas que tienen una distribución históricamente conocida en el Mediterráneo
y que por diferentes circunstancias son capaces de adaptarse en el tiempo a las
condiciones de la laguna. En el segundo caso, no son precisamente especies de
distribución mediterránea, o al menos del Mediterráneo Occidental, y que con
origen en otros mares u océanos, finalmente han encontrado un nicho ecológico
favorable en el Mar Menor.
Para
las especies colonizadoras tenemos muchos ejemplos tanto de algas como la
"oreja de liebre" (Caulerpa
prolifera), como de vertebrados o de invertebrados. En el que el papel del
hombre ha sido facilitar el intercambio de aguas y la similaridad entre ambos
mares.
Caulerpa prolifera ( Oreja de liebre )
Otra
cuestión diferente es la llegada de especies exóticas o invasoras, procedentes
de otros medios marinos alejados del Mediterráneo, como pudiese ser el caso del
cangrejo azul de origen Atlántico o el opistobranquio Bursatella leachi, que
proviene del Mar Rojo. En este caso el papel del hombre también ha sido
fundamental, ya que su presencia se debe a la importación de especies tanto de
la pesca como de la acuicultura, al tráfico marítimo, y en general a la
globalización en todos los sentidos que experimentamos durante las últimas
décadas, y que va en sentido ascendente.
Entre esas especies invasoras, podemos
contar con las medusas Cotilorhyzatuberculata (Huevo frito ) y la
Rhizostmospulmo ( Medusa blanca ), que tantos quebraderos de cabeza han dado a
los veraneantes y turistas en el Mar Menor,
¿Crees que se está gestionando bien el modo de controlar la población de
medusas en el Mar Menor o por el contrario tienes tu propia opinión de lo que
se podría hacer o de cómo se podría gestionar mejor?
La
cuestión de las nuevas especies de medusas en el Mar Menor es un tema
controvertido y en muchas ocasiones con opiniones poco fundamentadas desde el
punto de vista científico. Históricamente en el Mar Menor, antes de la apertura
del canal de El Estacio, sólo se conocía la presencia de una especie Aurelia aurita. Un colega del Centro
Oceanográfico empezó a estudiarla con el fin de realizar su Tesis Doctoral sobre
la biología y la dinámica de la población
de la misma. Hay que comentar que en aquel momento se desconocía el
ciclo biológico de dicha medusa, con lagunas del conocimiento importantes como
por ejemplo donde se concentraban los pólipos.
Cuando
se produce la colonización de las otras dos especies, la Comunidad Autónoma
encarga tanto a la Universidad de Murcia como al IEO, un estudio para evaluar
el efecto que esta proliferación podía tener, tanto a nivel de ecosistema como
por las afecciones al baño y al turismo.
Lo
mismo que pasaba con Aurelia,
desconocíamos donde se fijaban los pólipos, la época y el desarrollo de las
larvas éfiras, tasas de crecimiento y de supervivencia, etc. Inicialmente
intentamos averiguar el lugar de fijación de los pólipos y las condiciones
ambientales que requerían, ya que al tratarse de especies anuales, si se
cortaba el ciclo, las posibilidades de que no hubiese reproducción al año
siguiente eran elevadas. Igualmente hicimos una gran cantidad de ensayos en el
laboratorio sobre la fijación de los pólipos, ya que si el relativo equilibrio
salino entre el Mediterráneo y el Mar Menor, era el origen de la colonización,
al aumentar la salinidad quizás no se produjese una producción tan masiva de
medusas. Paradójicamente al aumentar la salinidad la fijación y la tasa de
supervivencia de las medusas aumentaba.
Posteriormente
tuvimos un proyecto de la Unión Europea, con más de 10 países participantes
(puesto que hay que aclarar que la proliferación de medusas está muy extendida
por todo el mundo), y de diferentes cuencas: atlánticas (Irlanda. Mar del
Norte, Escandinavia, Báltico), mediterráneas y Mar Negro, que se tituló
EUROGEL.
Este
proyecto aumentó de gran manera nuestros conocimientos y nos abrió nuevas
perspectivas de investigación. Incluso fue reconocido dentro de la Unión
Europea por su innovación a la hora de afrontar los retos tecnológicos e
intelectuales de estas proliferaciones. Un método de censos ideado por Ignacio
Franco, el mismo que comenzó a estudiar a Aurelia
para su Tesis, fue el que diseñó un sistema vídeo submarino, que nos permitía
en poco tiempo y con una gran fiabilidad estimar las poblaciones de medusas en
el interior del Mar Menor.
Con
el paso del tiempo nuestra perspectiva ha cambiado. El exceso de nutrientes procedentes
del Campo de Cartagena, y el descontrol de los vertidos en superficie como el
de la rambla del Abujón, pero también la entrada de subterránea a través de los
acuíferos, conducen a una situación de estrés ambiental al Mar Menor,
produciéndose un superproducción de biomasa en la cadena trófica, concretamente
en la producción planctónica, fenómeno también conocido como eutrofia.
Bocarambla, desembocadura de la rambla del Albujón
Si
no existieran filtradores eficientes en gran número como las medusas, los
desequilibrios de la cadena trófica podrían ser mucho mayores, especialmente en
las épocas de alta producción y aumento de las temperaturas. Por otra parte las
medusas concentran en formas voluminosas (las propias medusas) toda esa biomasa
planctónica en muchos casos microscópica, de manera que las redes (a pesar de
sus inconvenientes) permiten un baño que si se tratase de evitar la entrada de
zoo o fitoplancton sería imposible.
Por
último estas dos especies no son de las más urticantes especialmente Cotilorhyza tuberculata, lo que también
se desconoce es que otra especie muy común en el Mediterráneo Pelagia noctiluca, no ha podido
colonizar el Mar Menor, debido a que no soporta su salinidad. Si dicha especie
lo hubiese conseguido (nosotros las hemos encontrado dentro de la laguna, pero
mueren rápidamente, y tiene un poder urticante muchísimo más elevado que las
otras especies) ni siquiera las redes hubiesen sido un remedio, por una parte
por su menor tamaño (hay una relación entre la luz de malla y consecuentemente
con la resistencia al mar, y las condiciones de anclaje, peso de los muertos,
etc., de las redes, y su capacidad de retener determinados tamaños) y por otra
la fragilidad de sus tentáculos que se rompen muy fácilmente, de manera que
aunque no pasara el cuerpo completo de la medusa al impactar con las redes
estos entrarían en la zona de baño.
¿Qué opinas acerca de la forma que se hace
la regeneración de playas actualmente en el Mar Menor?¿crees que afecta de en
algún modo, positivo o negativo, al ecosistema de la laguna?
En
realidad en el Mar Menor no han existido playas, salvo las formadas por la
lengua de arena de La Manga, que era un sistema dunar dinámico, que se movía y
orientaba en función de los vientos domenantes. De hecho lo que han existido
son riberas (de aquí el nombre de la pedanía de Santiago de la Ribera), es
decir los límites internos de una laguna costera que por un proceso natural de
colmatación va perdiendo superficie y volumen. Es debido a esto que durante
mucho tiempo se usaron los balnearios como forma de salvar los primeros metros
de la orilla, sin arena y a menudo con fango y piedras. Lo que sí que existían
eran determinadas zonas donde se acumulaban los restos de moluscos bivalvos,
conchíferos fundamentalmente de berberechos.
Arena amontonada en Puntabrava para la regeneración de la playa
El
desarrollismo mal entendido, la presión de ayuntamientos y también de los
ciudadanos hizo que se iniciasen obras de "regeneración de playas"
(que ya sabemos que nunca las hubo), construcción de diques o espigones
perpendiculares a la costa, nuevos obstáculos como los puertos deportivos, etc.
La experiencia nos dice, que este tipo de actuaciones genera colmatación de la
propia, laguna, turbidez y sus consecuencias para la fotosíntesis de algas y
fanerógamas, incremento de la materia orgánica en el sedimento y
consecuentemente fondos anóxicos, malos olores y otros efectos no
deseados.
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