¡Malditas
redes “antimedusas”!... tan perjudiciales para la
fauna cómo inútiles para su cometido inicial, el de proteger a los bañistas de
las
medusas.
Tan caras, a la par de con resultados tan nefastos, ya que
lejos de solucionar el problema para el que se instalaron por primera vez, se
ha ido viendo año tras año, como lo agravan.
Cuando ponen las redes al principio de verano, este año a
finales de junio, las medusas de las que pretenden que nos protejan, se
encuentran o bien en estado larvario aún o en juvenil, con un diámetro bastante
más pequeño que la malla de la red, con lo cual estos individuos pasan de un
lado a otro de la red indistintamente sin ninguna cortapisa.
Medusa marrón juenil (
Cotilorrhyza tuberculata ) pasando a través de uno de los rotos de las redes sin ningún problema hacia la "zona de baño". 7 de julio de 2018 en Los Urrutias.
Pero cuando estos pequeños individuos pasan dentro de la “zona
de baño” ( entrecomillada, porque en ningún sitio queda recogido que por norma
y ley los bañistas nos tengamos que bañar dentro de este recinto ), resulta que
crecen, sorprendentemente para algunos de los sesudos políticos y técnicos que
creen que estas redes nos “salvan” de las medusas, y a resultas de ese “sorprendente”
crecimiento quedan atrapadas dentro del recinto donde se supone que los
bañistas están a salvo, y ya no pueden salir de él hasta que quitan las redes
al final del verano o principios de otoño, con lo cual dentro de esos recintos
es habitual encontrar ejemplares de gran tamaño y en gran número además,
incluso más que fuera de ellos.
Medusa marrón ( Cotilorrhyza tuberculata ) de mayor tamaño de la malla de red dentro de la "zona de baño", que ya no puede salir de ella, cuando solo hace una semana que habían puesto las redes.
7 de julio de 2018.
Los Urrutias.
Por otro lado las medusas al chocar contra las redes y
quedar atrapadas, golpeándose con ellas, se rompen, y las células urticantes
que antes estaban concentradas en el propio cuerpo de la medusa, ahora se
esparcen por el mar formando una “sopa” de células urticantes, cuya
consecuencia es que el agua escuece y los bañistas tienen más molestias que
antes.
Además son muy perjudiciales para la fauna, ya que actúan de
la misma forma que las redes de los pescadores y los peces y otros animales
quedan atrapados en ellas, muriendo de una forma bastante cruel por cierto.
Anguila ( anguilla anguilla ) atrapada en las redes y muerta, en estado de descomposición avanzado, lo que quiere decir que llevaba muerta varios días allí, probablemente tuvo una agonía lenta. 6 de julio de 2018. Los Urrutias.
Salpa ( Salpa salpa ) muerta en las redes "antimedusas". 27 de julio 2017. Los Urrutias.
Cangrejo azul americano o jaiba ( Callinectes sapidus ) atrapado en las fatídicas redes "antimedusas". 30 de junio de 2018. Los Urrutias.
A la vez tampoco dejan moverse de forma libre a los peces, por lo que dificultan su reproducción y también fomentan la pesca furtiva, ya que los pescadores furtivos saben que al final del verano pueden pescar dentro de estas redes "antimedusas" piezas de gran tamaño que no han podido salir de ellas y se encuentran atrapadas en el recinto.
Para más inri, se gastan todos los años cientos de miles de
euros, este año concretamente cerca de 500000 € para poner redes rotas, algunas
veces con unos agujeros por el que podrían pasar varias personas a la vez. Con lo
que cómo podéis imaginar desde luego que no cumplen con su cometido ni mucho
menos, ya que las medusas pasan por ellos sin ningún problema.
Roto en las redes en Los Urrutias, detectado el mismo día que las pusieron 30 de junio de 2018.
Roto en las redes de gran tamaño, yo mismo pase sin ninguna dificultad por el hueco dejado que era de varios metros. 7 de julio de 2018. Los Urrutias.
Lo peor es que todo lo dicho anteriormente se repita año tras año, desde hace ya unos veinte años o quizá más, con lo cual podéis hacer un cálculo del gasto inútil de dinero que se ha invertido, que se podría haber invertido en investigación o poner otras medidas para que el Mar Menor no estuviera en las situación que se encuentra ahora mismo.
Por todo ello, pediría a los responsables de este
desbarajuste,
que por favor den orden de retirar de forma inmediata estos artilugios tan
perjudiciales, caros e inútiles de las aguas de nuestro Mar Menor y si de
verdad quiere hacer bueno por el ecosistema, se gaste ese dinero en algo que
sea beneficioso y útil para la laguna, como por ejemplo en proyectar más
filtros verdes y llevar a cabo por fin su construcción o en investigación.