Que el agua
Mar Menor tiene mayor transparencia este año que
los dos años pasados es evidente, y que las condiciones físico-químicas del
agua han mejorado también, le pese a quien le pese, ya sabemos que siempre hay
quien por motivos políticos normalmente no quiere
reconocerlo, porque no le conviene,
el Mar Menor es una “buena arma arrojadiza
política” para sacar rédito electoral la gente sin escrúpulos. Pero solo tienen
que bucear por sus fondos y observarlos para comprobar la rápida recuperación
de flora y fauna marina que se está produciendo en la mayoría de su
superficie, aunque aún siguen habiendo zonas, sobre todo las más profundas y las cercanas a las
desembocaduras de las ramblas que están hechas un lodazal.
Por ejemplo las praderas
tanto de Caulerpa prolifera y
Cymodocea nodosa se están extendiendo rápidamente como era de esperar, debido a su gran
productividad.
En el siguiente vídeo se pueden ver las praderas de Cymodocea nodosa y Caulerpa prolifera en Los Urrutias a una profundidad de 40-50 cm, aunque también he podido comprobar su recuperación a mucha más profundidad, de hasta 2 ó 2.5 m.
Vídeo Praderas mixtas de fanerógamas y algas.
Y que no se me enfaden algunos de mis queridos lectores, que
no estoy diciendo que esto haya ocurrido por el “bien hacer” del gobierno
regional, que alguno les mentas este tema y te “comen vivo”. Aunque si que ha
habido actuaciones que han favorecido la mejora de las condiciones de la
laguna, como la clausura de pozos en los campos aledaños al Mar Menor y cese de la mayoría de vertidos de salmuera, pero no se ha
conseguido el “vertido cero”.
No obstante aún queda mucho por hacer para la recuperación total
del Mar Menor, que probablemente tardará décadas en volver a ser algo similar a lo que
hemos conocido los que llevamos por estos lares casi cincuenta años.
La recuperación cualitativa que se observa este verano con respecto a los dos años anteriores este verano ha ocurrido por causas que en realidad aún no se
conocen en su totalidad. Al fin y al cabo lo cierto es que nadie sabe
exactamente porque este año la turbidez del agua ha disminuido tanto; unos investigadores lo
achacan a las condiciones climáticas que se han dado este invierno, otros al aumento de zooplancton, otros a que ha descendido
el nivel de vertidos procedentes de los campos de cultivo… En realidad yo creo
que puede ser un compendio de todo ello, unido también al aumento de las
poblaciones de animales filtradores como briozoos y medusas, que se alimentan
tanto del fitoplancton como del zooplancton.
Los cambios y sucesiones ecológicas en el Mar Menor son una
característica de este ecosistema debido al desequilibrio ecológico crónico de
la laguna, producido sobre todo por la influencia antrópica.
Cada año, cada verano en realidad, observo cambios en las
poblaciones de la fauna y flora submarina que puebla sus aguas, seguramente
debido a pequeños o grandes cambios de las condiciones físico-químicas de sus
aguas, notando la explosión repentina de la población de uno o dos tipos de
especies determinadas.
Este año le ha
tocado al briozoo
Zoobotryon verticillatum, que se ha asentado en los fondos de
praderas de algas y fanerógamas marinas, pero sobre todo ha utilizado las inútiles
“redes antimedusas” como sustrato.
Briozoo Zoobotryon verticillatum a 1.50 metros de profundidad asentado entre una pradera de Caulerpa prolifera
En mi opinión esta explosión se debe precisamente a la
cantidad de fitoplancton presente en el agua, ya que es su alimento. A su vez
creo que es beneficioso para el ecosistema, igual que las
medusas, ya que son
muy buenos filtradores. Se supone que cada zooide del briozoo es capaz de
filtrar hasta 8 ml de agua al día, lo que hace pensar que una colonia de
aproximadamente un metro cuadrado, pueda filtrar hasta 180 litros diarios,
según Hill, K. en Smithsonian Marine Station at For Pierce.
Por lo que es posible, y esto es simplemente una hipótesis,
que estén ayudando a mantener la transparencia del agua este año.
En el
siguiente vídeo se puede ver la gran masa de Zoobotryon verticillatum que hay en las inútiles "redes antimedusas".
Pero además este verano ha ocurrido otro fenómeno que es más
o menos común en el Mar Menor desde que empezaron las agresiones
medioambientales al ecosistema, allá por los años 60, me refiero a la entrada de
especies alóctonas procedentes del Mediterráneo, como el alga Caulerpa
prolifera y las medusas
Cotilorrhyza tuberculata y Rhizostoma pulmo o el
cangrejo azul americano o jaiba (
Callinectes sapidus ).
Este año le ha tocado el turno a dos especies de medusas, ambas lessepsianas,
es decir que entraron en el mar Mediterráneo a través del canal de Suez
procedentes, una del Mar Rojo y el océano Índico, llamada
Cassiopea s.p
( medusa invertida ) y la otra procedente, nada más y nada menos, del
Pacífico oeste, Phyllorhiza punctata ( medusa de puntos blancos ), aunque no
son las primeras especies lessepsianas que aparecen en el Mar Menor, ya que
anteriormente se habían observado el opistobranquio
Bursatella leachii, el anélido
Brachiommaboholense o el molusco bivalvo
Fulvia fragilis.
Phyllorhiza punctata en Los Urrutias en una zona de una profundad de 1.80 metros