Hace un tiempo escribí un artículo sobre el Águila pescadora
( Pandion haliaetus ) ( Véase el artículo del 10 de enero de 2013: "Águila pescadora en el Mar Menor"). En él escribía como esta rapaz había sido uno de mis objetivos a fotografiar
durante un tiempo y cómo lo conseguí.
Una vez alcanzado este objetivo el siguiente paso natural
era intentar observarla pescando y sacando su presa del agua, lo que conseguí
por fin el domingo día 8 de septiembre de 2013.
Para mí fue un momento mágico, ya que llevaba mucho tiempo
queriendo contemplar esta escena y a ser posible poder fotografiarla e incluso
grabar en vídeo, se que pido demasiado, pero la ilusión, dicen por ahí, es lo
último que se pierde. Así que con un poco o mucha paciencia al final las
objetivos que nos marcamos se consiguen.
Ese domingo a mediodía había ido a la desembocadura de la
rambla del Albujón con la esperanza de poder contemplar la escena de pesca del
águila pescadora, ya que el día anterior había visto un ejemplar por la zona y
han sido varias las veces a lo largo de algunos años las que otros observadores
la han visto pescando enfrente de la rambla del Albujón o en la Marina del
Carmolí, preferentemente a mediodía.
Así que allí estaba fotografiando unos charrancitos en la
desembocadura de la rambla del Albujón la mar de distraído, pero con un ojo
puesto en ellos y otro en el horizonte del mar, cuando de pronto oí un
¡¡¡CHAFF!!! muy sonoro a mi derecha y al mismo tiempo vi como se levantaba una
gran cantidad de agua en la superficie del mar, como si algo hubiera caído
dentro del agua. Tarde en reaccionar como dos o tres segundos, pensando que no
podía tener tanta suerte de que fuera el águila pescadora la que había
provocado ese ruido y las salpicaduras que vi en el agua, hasta que caí en la
cuenta de que si... ¡lo era!, había tenido la gran suerte o la gran mala suerte
de ver su chapoteo al entrar en el agua y verla salir volando otra vez, pero no
había podido verla pescando.
Acto seguido observé que no llevaba ningún pez en sus
garras y vi como de nuevo comenzaba a ciclear ( volando dando vueltas ) sobre
el agua a una altura considerable cerca del lugar donde se había lanzado en picado
la primera vez, así que me preparé con mi cámara dispuesto a captar el momento
en que volviera a intentar pescar, con tan buena suerte, esta vez sí, de que lo
volvió a hacer y pude contemplar como en un pocos segundos se cobraba una presa
de gran tamaño, salía con ella en peso en sus garras y se dirigía hacia unos
campos de cultivo cercanos para allí dar buena cuenta de ella.
La mala fortuna fue que la escena ocurrió bastante lejos de donde
yo me encontraba, por lo que las fotos que pude realizar no son demasiado
buenas pero al menos sirven como documento gráfico testimonial del momento. No
obstante espero tener oportunidad de hacer mejores fotografías e incluso tomas
de vídeo en algún momento, sea este mismo invierno o dentro de cinco o diez
años... no tengo ninguna prisa al fin y al cabo.
De hecho ahora mismo estamos en la migración postnupcial de
las aves, es decir el momento que vuelven hacia sus cuarteles invernales, y el
paso de rapaces por nuestras costas es habitual, así que no será de extrañar
que se vean varios ejemplares de águila pescadora por la zona y con mucha
suerte verlas pescar. De momento este año ya llevamos varias citas de estas
rapaces desde principios de septiembre hasta ahora.
En la siguiente secuencia fotográfica se puede ver como el
águila se lanza en picado con las garras por delante hacia el agua una vez que
ha visto su presa, se sumerge casi entera, dejando solo visibles las alas y
finalmente sale del agua majestuosamente llevando su presa en sus garras, un
gran pez que bien podría ser una lubina o un mújol.
Lanzándose hacia su presa
Entrada en el agua con un gran "CHAFFF"
Empieza a salir del agua con su presa, al fondo se ven los edificios de La Manga
Saca su presa del mar, un gran pez que podría ser un mújol o una lubina
Se va llevando su presa alzando el vuelo
Volando con su presa hacia el campo de cultivo para comérsela allí tranquilamente
Después de su pesca se fue a comerse el pez tranquilamente a
un campo de cultivo situado a unos 200 metros de la orilla del mar.
2 comentarios:
¡Enhorabuena Pepe! Yo sé lo que se siente cuando llevas persiguiendo un encuentro de especies, quizá no tan impactante como esta pero... La próxima vez seguro que el águila pesca más cerca de ti.
¡Gracias Isabel!, pero la he visto otra vez pescando recientemente y en esta ocasión se ha lanzado ella en la rambla del Albujón y yo estaba en la Marina del Carmolí. Espero que la próxima vez, que será la tercera ya, a ver si va la vencida y nos ponemos de acuerdo y estamos en el mismo sitio el águila y yo jeje.
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