El Mar Menor soporta el doble de redes de pesca que hace cinco años, el 25% ilegales, según ANSE. Los pescadores afirman que las artes caladas no superan el centenar, pero admiten el aumento del furtivismo.
El Mar Menor es un lugar cada vez menos confortable para los peces, algo así como un laberinto sin salida en el que apenas tienen escapatoria, según los cálculos de la Asociación de Naturalistas del Sureste (ANSE), que ha marcado con GPS todas las artes caladas en la laguna salada aprovechando el censo invernal de aves, realizado hace unos días. Les salen exactamente 223, el doble que hace cinco años, y un porcentaje aproximado del 25% ilegales –porque carecen de la matrícula obligatoria–, «lo que apunta a un notable volumen de furtivismo pesquero».
«Según nuestras estimaciones, en este momento hay calados un mínimo de 30 kilómetros de redes tan solo del tipo paranza», lo que a juicio de ANSE «constituye una presión pesquera desmesurada para una laguna con cuatro figuras de protección a escala internacional. Este incremento en el esfuerzo pesquero está teniendo efectos adversos sobre la biodiversidad y muy probablemente sobre los propios recursos pesqueros», asegura el director de la asociación, Pedro García, quien se pregunta «cómo puede escaparse de allí un pescado. Es imposible; no cabe una red más, sobre todo en la zona de La Manga».
Sin embargo, para el patrón mayor de la Cofradía de San Pedro del Pinatar, Juan Pablo Martínez Ibáñez, estas cifras son «exageradas». «Hay que saber lo que se está viendo», explica, «porque hay muchas redes que se componen de piezas separadas, como las morunas, que solo se matriculan en la cola. Y tenemos artes móviles y otros fijos», insiste, «así que es imposible que haya más de doscientas redes en el Mar Menor». ¿Cuántas, entonces? «Menos incluso que hace cinco años, no más de cien», mantiene.
Pedro García asegura, no obstante, que la estimación de redes realizada por ANSE da por buenas las artes consideradas «dudosas» –atendiendo precisamente a los criterios apuntados por el patrón mayor de los pescadores de San Pedro–.
Según el Servicio de Pesca de la Comunidad Autónoma, en el Mar Menor operan cuarenta barcos, que suman un total de 560 redes autorizadas –de acuerdo con el Reglamento del Mar Menor, si cada embarcación tiene una media de dos tripulantes, tiene derecho a utilizar un máximo de 14 artes–.
No es la primera vez que ANSE denuncia la actividad de los furtivos en el Mar Menor, pero los pescadores quitan importancia a quienes calan redes sin autorización –generalmente parados y jubilados–: «Lo que más nos afecta son los piratas que nos roban directamente», se queja Juan Pablo Martínez, «ladrones que nos vigilan desde tierra para quitarnos el pescado de las redes». También critica el patrón mayor la ‘competencia’ de los pescadores deportivos, «que no tienen restricciones para echar el curricán siete días a la semana y 24 horas al día si quieren».
Pescadores y ecologistas coinciden en que el Mar Menor está poco vigilado y que, como consecuencia de ello, los furtivos son más numerosos y actúan con más impunidad que nunca. Según la información facilitada por el Servicio de Pesca de la Comunidad Autónoma, en el año 2010 –la memoria de 2011 aún no está terminada– fueron decomisados treinta artes de pesca y tramitadas 54 denuncias por inspecciones desde la embarcación de vigilancia y actuaciones de los agentes medioambientales de la Comunidad Autónoma y el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de Torre Pacheco.
ANSE recuerda además la alta mortandad de aves acuáticas (334 ya este año, sobre todo cormoranes, «que perecen al enmallarse en las redes») y anuncia que ha pedido a la Comunidad Autónoma la creación de áreas de reserva marina en el Mar Menor.
Fuente: Blog "Los pies en la tierra" de Miguel Ángel Ruíz. http://lospiesenlatierra.laverdad.es/
2 comentarios:
Creo que existe un exceso de redes, de pescadores..y de muchas otras cosas negativas..ningún político se preocupa del Mar Menor...ni los propios pescadores..no lo entiendo..Don José..las fotos del martín pescador..una pasada..increibles..un lujazo..seguimos...
Opino que con tantas "artes de pesca" sin controlar, desgraciadamente la laguna es más una trampa mortal para los peces que un lugar de alevinaje (que es lo que debería ser vaya).
¿Cuando se darán cuenta nuestras queridas autoridades que el Mar Menor es un espacio único que deben proteger?
Además, soy de los que piensan que compatibilizar actividades econòmicas y protección, no es sólo posible, sino mucho más rentable.
PD:Buena las del Martín con el pez en la boca.
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