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EL TIEMPO

sábado, 30 de octubre de 2010

¿REGENERACIÓN O DEGENERACIÓN DE PLAYAS EN EL MAR MENOR?

Para evitar la retirada de arena por el oleaje, producido sobretodo por los predominantes vientos de levante, en los años 80 se construyeron una serie de espigones con grandes bloques de roca en las orillas de las playas del Mar Menor, colocados con una orientación determinada, se supone estudiada en relación al hidrodinamismo del mar y a una distancia variable unos de otros.
Espigones en el Mar Menor. Zona de Los Urrutias.

Al mismo tiempo se hacía el dragado en los fondos de la laguna en distintos sitios para extraer arena y depositarla en las zonas donde se quería regenerar una playa. De esta manera se lograban crear playas de varios metros de anchura allí donde la arena había sido retirada por el mar de forma natural o quedaba poca.

Con el tiempo se ha demostrado que este método es del todo ineficaz y no logra la regeneración de las playas con efecto duradero, de manera que cada año se repite el mismo proceso de depósito de arenas en las zonas de playa para lograr que en el verano los veraneantes puedan tener zonas de recreo y baño adecuadas.
Hasta aquí el esfuerzo es válido de cara al turismo, pero como siempre es un parche más, ya que estas zonas de playa no son duraderas y el proceso tiene un coste económico más o menos alto. Pero el problema no es solo que las medidas sean ineficaces y tengan un coste económico inútil, sino que es un método muy agresivo contra la ecología del Mar Menor para intentar recuperar aquello que nosotros mismos hemos destruido.

Las razones de lo que he expuesto anteriormente son las siguientes:
  1. Al no estar bien orientados todos los espigones impiden la circulación de las aguas de acuerdo a las corrientes naturales existentes en el Mar Menor, quedando algunas zonas abnegadas de detritos debido a que estos no pueden ser retirados de forma natural por el mar, lo que provoca el consiguiente malestar entre los habitantes y veraneantes de las poblaciones adyacentes a la laguna que tienen que soportar los malos olores que se desprenden y que no pueden bañarse en estas zonas. Además de crear anoxia de los fondos y el consiguiente deterioro medio ambiental de la zona en cuestión.
  2. Por otro lado, la extracción de arenas de los fondos provoca una modificación de los procesos de erosión y sedimentación litorales, que afecta sobretodo a las algas y fanerógamas marinas, base del ecosistema marino, ya que la retirada por el mar de las arenas depositadas en la costa de forma artificial, debido sobretodo a los vientos predominantes de levante, llega a sepultarlas literalmente, impidiendo que realicen la fotosíntesis y mueran, dejando yermo el lugar que ocupaban estas algas y de paso dejando sin arena otra vez el sitio donde se había depositado esta de forma artificial.
En conclusión, una vez más, como se viene realizando la gestión del Mar Menor durante décadas ya, se han tomado medidas pensando en el turismo y en los ingresos económicos a corto plazo en lugar de pensar con unas miras más amplias y en la conservación del Mar Menor como espacio natural muy importante para nuestra Región.

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