Pero hay un problema… y es que el mar Menor no es una piscina para uso exclusivo del veraneante, sino un ecosistema natural con unos ciclos de materia que deberíamos cuidar y respetar para poder seguir bañándonos en él y disfrutando de sus playas y paisajes naturales, que es totalmente compatible con lo anterior.
Lo que quiero explicar en este artículo es porqué no se deben retirar esas algas putrefactas de las orillas de nuestras playas aunque nos produzcan esas molestias estéticas y olfativas.
La razón es muy sencilla, las algas son organismos autótrofos, es decir fabrican su propio alimento y lo hacen a partir de materia inorgánica utilizando la energía solar en el proceso llamado fotosíntesis. En este proceso necesitan dióxido de carbono ( CO2 ), que obtienen del agua y sales minerales que obtienen de la materia orgánica descompuesta por bacterias y hongos microscópicos y que absorben por sus rizomas y raíces.
Las algas acumuladas en las orillas son precisamente la fuente de materia orgánica sobre la que actúan estos descomponedores, bacterias y hongos, convirtiendo sus restos en materia inorgánica que vuelve a entrar en el ecosistema para servir de nuevo a las algas y plantas acuáticas, cerrando así el ciclo de la materia en el ecosistema.
Por otro lado las algas y plantas marinas son la base del cualquier ecosistema marino, por lo que si llegará a disminuir su población en grandes cantidades, el ecosistema podría desequilibrarse de forma grave y en último extremo, llegar a desparecer.
Por tanto la materia orgánica en descomposición es muy necesaria para que el ecosistema funcione correctamente. Al quitar las algas secas en putrefacción de la orilla del litoral estamos desequilibrando el ecosistema, en este caso uno muy frágil y con muchos factores hostiles, que podría acabar por desaparecer.
1 comentario:
buena informacion, gracias
Saludos
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