¿Se puede llegar a la conclusión de que el Trasvase Tajo-Segura se ha convertido indirectamente en el principal responsable de la contaminación que sufre el Mar Menor? La singular laguna recibe cada año entre 2.500 y 3.000 toneladas de nitratos y fosfatos disueltas en las aguas residuales y urbanas y en el drenaje agrícola, que entran a través de la Marina del Carmolí, la rambla del Albujón y la playa de la Hita. Por si eso no fuera suficiente, el Mar Menor recibe otra inyección letal: cinco millones de metros cúbicos anuales de aportes subterráneos procedentes de los acuíferos del Campo de Cartagena, contaminados a su vez por una actividad agrícola que lleva concentraciones de nitratos de más de 200 y 300 miligramos por litro, seis veces por encima del límite que fija la Directiva Europea de Aguas Subterráneas.
Para atajar esta agresión diaria de vertidos agrícolas y de nutrientes se va a aumentar la capacidad de la desalobradora del Mojón y se conectarán las depuradoras de San Javier y Los Alcázares a un emisario submarino que depositará los vertidos en el Mar Mediterráneo, según prevé el Programa Agua. ¿El plazo? No antes del año 2015. Para erradicar totalmente la amenaza habrá que esperar a 2021 ó 2017.
No por muy conocido el problema, resultan menos demoledores los datos de este diagnóstico medioambiental que figura en el nuevo Plan de Cuenca del Segura -cuya elaboración se encuentra en su fase final-, que lo detecta como uno de los problemas importantes del territorio que urge resolver. La eutrofización de la laguna se traduce en un intenso crecimiento de algas y fitoplancton que consumen oxígeno de forma excesiva y pueden dejar sin posibilidad de supervivencia al resto de elementos del ecosistema, refleja el informe técnico. Unido a esto, han proliferado dos especies de medusas. El sostén científico lo aportan, entre otros, las investigaciones del catedrático Ángel Pérez Ruzafa.
El deterioro de las aguas del Mar Menor es creciente debido a los efectos que produce la actividad agrícola del Campo de Cartagena. Es precisamente la población de medusas y de ictioplancton la que controla el equilibrio de la maltrecha laguna y evita que se descontrole el proceso de eutrofización. Pero se trata de una estabilidad frágil, ya que la situación puede cambiar en cualquier momento «si el desarrollo de una marea roja redujera las poblaciones que ejercen actualmente ese control. En ese caso, el sistema perdería su capacidad autorreguladora y homeostática (regulación interna de un ser vivo) y el proceso de eutrofización se dispararía con la consiguiente pérdida de la calidad del agua, con repercusiones graves para la actividad turística y la pesca», añade.
Sólidos en suspensión
El deterioro actual de la laguna salada vulnera los límites propuestos por la Agencia Ambiental Europea para la calidad de las aguas, ya que en las estaciones de la red de vigilancia, próximas a la costa, se superan las concentraciones de nutrientes; mientras que en las próximas a la rambla del Albujón se rebasan ampliamente los indicadores con una «muy mala calidad del agua». Los resultados denotan que hay «un riesgo seguro de incumplimiento de los objetivos medioambientales de la Directiva Marco de Aguas», recalca el Esquema de Temas Importante del Plan de Cuenca. También se ha apreciado una distribución de sólidos en suspensión con valores que oscilan entre los 25 y 95 miligramos por litro, sobre todo en la zona del Carmolí.
El efecto Trasvase
A la pregunta inicial responde el propio Plan de Cuenca, que relata cómo han cambiado en el Campo de Cartagena las prácticas agrícolas de drenaje con la transformación de los cultivos de secano en una agricultura intensiva de regadíos con aguas del Trasvase Tajo-Segura. Eso ha incrementando los vertidos agrícolas y la entrada de nutrientes en la laguna.
Antes de la transformación agrícola, el Mar Menor recibía aguas de las ramblas cuando se producían lluvias intensas. «Sin embargo, tras la puesta en regadío del Campo de Cartagena a raíz del mencionado trasvase y la consiguiente subida del nivel freático, algunas de estas ramblas, como la del Albujón, presentan en la actualidad un flujo continuo de agua, con el consiguiente aporte hacia la alguna», indican los técnicos. Ese aporte se traduce en más de 2.500 toneladas anuales de nitratos y fosfatos disueltos en las aguas residuales y en el drenaje agrícola. El regadío del Campo de Cartagena es el mayor del territorio del Trasvase y uno de los más importantes de España en extensión, productividad y nivel de tecnificación. La superficie regable es de 65.844 hectáreas, aunque la realmente regada es de 34.328. Necesita cada año 223 millones de metros cúbicos de agua. Lo que falla es el cordón de protección del Mar Menor.
Fuente: La Verdad 5 de enero de 2011
Resulta sorprendente la cantidad de efectos negativos derivados de los trasvases!!! Sin embargo sigue fomentándose una gestión del agua insostenible basada en los mismos.
ResponderEliminarFelicidades por el blog.
Siempre he creído en el equilibrio entre el ser humano y la naturaleza. En los últimos años se ha hachacado al urbanismo el deterioro de la costa (de acuerdo había que regular eso). Pero no entiendo algunas posturas tajantes por parte de los ayuntamientos que se empeñan en hacer paseos con las autorización de costas y crear playas artificiales (no se si eso daña de alguna manera el espacio natural de la laguna). Ahora resulta que los vertidos de la explotación agraria del campo de Cartagena tambien daña y por lo que parece bastante a la laguna.
ResponderEliminarDepurar los residuos urbanos es facil de controlar con los sistemas actuales e incluso reutilizar el agua y los desechos para ciertas cosas (pero muy caro). Controlar el vertido del campo es complicado pero seguramente tendremos que irnos a una cultura de agricultura ecológica que no nos equivoquemos es la que nos demanda Europa, sin pesticidas, etc.
Todo esto esta muy bien pero dada la situación económica veo muy complicado poner a todos las partes de acuerdo he intentar un equilibrio la gente ahora esta pensando en mañana que va a poder comer y es un momento difícil para cambiar estas cosas y pedir inversiones millonarias a las instituciones por lo que yo conozco.
La gente prefiere que le hagan un precioso paseo y jardines con columpios que la salud de la laguna, ahora cuando sea un charco lleno de mierda para que querrán los paseos y jardines.
Saludos y adelante.
Llevas toda la razón al decir que mucha no se da cuenta de que el futuro que le espera al Mar Menor, de seguir con la gestión actual, es ese, pero afortunadamente hay otra mucha gente como tú, que tiene una conciencia ecológica y se da cuenta de ello.
ResponderEliminarEl problema principal se podría solucionar solo con invertir en hacer unas buenas depuradoras, que no dejen llegar los residuos químicos y orgánicos a la laguna y por otro lado concienciando a la gente de que debe cuidar el entorno.
El desarrollo sostenible es posible si todos ponemos un poco de nuestra parte.
Hola, hemos cogido información de esta entrada para un artículo de nuestro blog, con el enlace a su página. Gracias y un saludo.
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