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EL TIEMPO

martes, 22 de septiembre de 2015

ENTREVISTA CON JULIO MAS HERNÁNDEZ INVESTIGADOR DEL INSTITUTO OCEANOGRÁFICO ESPAÑOL


Julio Mas (Cartagena, 1953) es Doctor en Biología por la Universidad Autónoma de Madrid, el título de la Tesis Doctoral fue “El Mar Menor. Relaciones, Diferencias y Afinidades entre la Laguna Costera y el Mar Mediterráneo adyacente”.

Investigador Titular del Instituto Español de Oceanografía (IEO), ha sido Director del Centro Oceanográfico de Murcia durante más de una década y también desarrolló sus labores profesionales en el Servicio de Pesca y Acuicultura del la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia.
Investigador Principal en proyectos del Plan Nacional y en convocatorias europeas relacionadas con la ecología marina. Es autor de numerosos artículos, publicados tanto en revistas de ámbito científico como en otros medios de divulgación y ha participado en más de 60 campañas oceanográficas en diversos mares y océanos.

Experto de la OCDE en Gestión Integrada de la Zona Costera (ICZM) y de la Comisión Europea para asuntos relacionados con las tortugas marinas.

Asesor del Ministerio de Medio Ambiente y de la Comisión Europea, en relación a la conservación de la Biodiversidad Marina.

Miembro del Grupo de Trabajo, Convenio de Bonn, sobre la conservación de las poblaciones de foca monje (Monachus monachus) en el Atlántico Oriental. 

Ha sido Vicepresidente de Greenpeace España y colaborado desde sus inicios con ANSE (Asociación de Naturalistas del Sureste) y con otras entidades y Ong’s conservacionistas.


¿Cuál es la labor del IEO con respecto al Mar Menor?

El Instituto Español de Oceanografía es un Organismo Público de Investigación, que pertenece a la Administración del Estado. Esto quiere decir que asesora a las diferentes Administraciones no sólo en aguas que son competencia de las Comunidades Autónomas, sino en todas aquellas en las que existe un interés nacional, ya bien sea por la pesca, por Convenios Internacionales como el de Barcelona (Mediterráneo) o el de OSPAR (Atlántico), o por otros motivos más coyunturales. Igualmente está implicado en campañas oceanográficas prácticamente por todos los océanos del mundo, incluidos el Ártico y la Antártida, o la campaña de circunnavegación del globo "Expedición Malaspina".

Concretamente con respecto al Mar Menor, la relación de este Centro Oceanográfico en concreto con él es muy profunda, ya que se ubicó aquí precisamente porque las encañizadas representaban una ocasión idónea para iniciar los cultivos marinos en peces y crustáceos, complementadas con otras líneas de investigación como la contaminación o la pesca. 

¿Cuáles son las principales contribuciones que han hecho los investigadores de este organismo para mejorar las condiciones del ecosistema de la laguna y su conocimiento?

Por una parte lo comentado en la pregunta anterior, este Centro fue pionero en España y en Europa en el desarrollo de la acuicultura marina mediterránea, fundamentalmente de dorada, lubina, langostino y otras especies como diferentes tipos de mújoles, magres, sepias, etc. También y dentro de este campo se hicieron estudios sobre la población de ostra plana en la laguna, y sus posibles técnicas de engorde, captación de semilla, entre otras experiencias.

En lo que se refiere a la contaminación, este Centro tiene una larga tradición en la investigación de diversos contaminantes, como por ejemplo los metales pesados procedentes de la Sierra Minera de Cartagena-La Unión, contaminantes orgánicos procedentes del Campo de Cartagena, el efecto de las pinturas/patentes de los barcos (Tributilo de Estaño), los contenidos de hidrocarburos, así como la contaminación orgánica y bacteriológica. En los últimos tiempos se ha dedicado especial atención a los efectos de determinados impactos como los aportes de la rambla del Albujón, la entrada de la contaminación por vectores aéreos, y a diferentes contaminantes conocidos como "emergentes", tales como los fármacos y las hormonas.

Desde los años 50 del pasado siglo se han evaluado las poblaciones de especies comerciales en el Mar Menor, de manera que los estudios sobre la pesca han permitido disponer de series históricas, muy valiosas para comprender la evolución y los cambios que sobre poblaciones y especies han tenido determinados acontecimientos, como por ejemplo la apertura del canal de El Estacio. Por sus particularidades algunas especies como el Fartet, Caballito de Mar y en la actualidad la anguila, entre otros, han sido objeto de investigaciones específicas. Igualmente se ha mantenido un control sobre la aparición de nuevas especies en la laguna, incluidas algunas exóticas, o las procedentes del mediterráneo, como pudieran ser las 2 especies de medusas, hoy predominantes, frente a la presencia histórica de una única especie Aurelia aurita.

Aurelia aurita en el Mar Menor

La diversidad de trabajos incluye, estudios de la dinámica oceanográfica entre el Mar Menor y el Mediterráneo, fundamental para comprender la estructura físico-química de la columna de agua y de las masas de la cubeta norte y sur, claramente diferentes. Y paralelamente a lo comentado en la pesca, la evolución en el tiempo de los diferentes cambios en los principales parámetros oceanográficos como la temperatura, salinidad, contenidos en nutrientes, oxígeno disuelto, entre otros, como un elemento comparativo, para en la medida de los posible prever su futuro comportamiento.

Igualmente habría que incluir estudios sobre fito y zooplancton, incluida la presencia de apariciones masivas de agregados mucilaginosos, cartografía de las comunidades bentónicas, precisamente y en tiempos recientes se ha realizado un trabajo minucioso sobre las diferentes poblaciones de angiospermas marinas en el entorno de las encañizadas. Así como otros campos del conocimiento sobre los que nos extenderemos por no hacer demasiada larga esta entrevista.  
  
¿Cuáles consideras que son los problemas ambientales más importantes en el Mar Menor en este momento?

Desde mi punto de vista, probablemente el problema ambiental más grave que tiene el Mar Menor es la elevación del nivel del mar, debido a los efectos de cambio climático. Una problemática de difícil solución, no sólo porque está relacionado con un cambio global en todo el planeta, sino porque también plantea soluciones complicadas en la defensa de la integridad de La Manga. La rotura de esta lengua de arena, y la invasión de agua mediterránea, cambiaría drásticamente todo el ecosistema lagunar tal y como hoy lo conocemos.
Foto La Manga

El resto de amenazadas son más conocidas, o al menos han tenido una mayor difusión, la contaminación por diferentes tipos de agentes, la entrada de especies foráneas, la colmatación de sus fondos, el incremento de las urbanizaciones y sus consecuencias en el litoral, los aportes de su cuenca de drenaje, el incremento de la población no sólo estival sino permanente, la proliferación o ampliación de puertos deportivos, el aumento de puntos de fondeo de embarcaciones libres, son sólo algunas de las amenazas ambientales que podríamos citar. No hay que olvidar que este es un sistema lagunar muy peculiar, con un intercambio de masas de agua reducido con el Mediterráneo, y que está sujeto a un gran estrés ambiental.    

¿Crees que se está poniendo remedios adecuados para remediarlos desde la Dirección General de Medio Ambiente?

En mi opinión la problemática del Mar Menor no es un tema exclusivamente ambiental, aunque este componente sea quizás el que tenga mayor importancia. La gestión de la laguna implica a los ayuntamientos ribereños, a la propia Autonomía, al Gobierno Central, incluso a la UE ya que tiene figuras legales de ámbito europeo, y debe sus carencias al modelo de crecimiento social  y económico preponderante desde los años 60, y a la falta de autocrítica y de medidas concretas ante las evidencias de su deterioro.

Sería necesaria una toma de postura colectiva (es decir no sólo implicando a los responsables de las diferentes administraciones, sino a la sociedad en su conjunto) para poner en valor lo que significa el Mar Menor desde muy diferentes perspectivas. El factor económico es sin duda muy importante, y la aportación que el entorno de las actividades que se desarrollan a partir de la existencia de la laguna, y de su explotación, es una de las grandes aportaciones al PIB de esta Comunidad Autónoma. Sobre este punto habría que reflexionar, sobre qué pasaría si las condiciones ambientales se deteriorasen de tal modo, que algunas de esas actividades económicas no se pudiesen desarrollar tal y como hoy las conocemos, las consecuencias económicas y sociales, serían sin duda, dramáticas. 

El resto de medidas se basarían en la contraposición a las amenazas ya comentadas, es decir, vertido cero de contaminantes a la laguna, absorción del exceso de nutrientes procedentes de la campo de Cartagena por medio de sistemas naturales y más ecológicos de los que hasta ahora se han planteado, revisión de los efectos de los metales pesados sobre todo en la cubeta sur, control del agua de los acuíferos, plan de ordenación de puertos deportivos y fondeo libre de embarcaciones, estimando su capacidad de carga, revisión de la entrada de nuevas especies, fundamentalmente las exóticas, etc. 

Como conclusión es preciso un modelo multidisciplinar, integral e integrado de toda la gestión sobre el Mar Menor, y que contemple al ecosistema como tal, una unidad, no un modelo que por una parte actúa sobre los vertidos, otro sobre el medio natural, otro sobre la conservación de la línea de costa, etc., y sin coordinación entre ellos.

 Tu tesis trata sobre la mediterraneización del Mar Menor, ¿qué rasgos son los más parecidos actualmente entre los dos mares?

Bueno en realidad más bien se trataba de analizar en que se parecían y en que se diferenciaban el Mar y el Mediterráneo, y cómo se había producido esa evolución en el tiempo.

Si se estudia la evolución de los aspectos ambientales de la laguna desde mediados del siglo pasado hasta la actualidad, sin duda la ampliación de la antigua encañizada de El Estacio, para la construcción del puerto Tomás Maestre, ha sido el factor que ha sido más influyente en los cambios que hemos podido registrar.

Canal de El Estacio en La Manga del Mar Menor

El modelo de circulación que nosotros postulamos se basa en un sistema de intercambio en forma de dos capas entre el agua de la cubeta sur hacia la norte. En otras palabras el gran intercambio  se produce por el Estacio, por donde entra agua mediterránea y sale agua de las características del Mar Menor. Una vez dentro de la cubeta, el agua mediterránea, por los efectos del clima se va evaporando y consecuentemente aumentando su densidad y adquiriendo las características de las de la laguna. A partir de aquí se produce un fenómeno complejo, derivado de las diferencias de densidades, los agentes fuerza como el viento, y las diferencias de nivel entre ambos mares, de forma que una parte de estas masas de agua, en forma de bicapa emigra hacia la cubeta norte, donde las condiciones son mas similares a las de la cubeta sur.

En concreto todavía hay muchos rasgos diferenciales entre ambos, y aunque el proceso de mediterraneización no ha concluido (y si no hay componentes catastróficos es posible que se mantenga como elemento diferencial en el tiempo), estos procesos además se han visto modificados últimamente por los efectos del cambio global, aunque se comprueban fenómenos de convergencia ecológica, se aprecia  que siguen manteniéndose ciertas diferencias. 

¿A qué se debe que en determinadas zonas del Mar Menor, me refiero sobre todo a la cubeta norte, las condiciones actuales sean tan parecidas entre los dos mares?

No creo que las condiciones de la cuenca norte sean tan iguales a las del Mediterráneo, aunque sí claramente diferentes a las de la cubeta sur, dentro del contexto lagunar. Más bien son, como decía en el párrafo anterior, procesos de convergencia ecológica, entre ecosistemas que van diluyendo, las diferencias ambientales, que anteriormente los segregaban. 

Pero sin duda y en la actualidad siguen siendo ecosistemas muy distintos, en el ciclo de la temperatura y la salinidad a lo largo del año, en sus comunidades, hábitats y especies, en su dinámica oceanográfica y otros aspectos. Al fin y al cabo una es una laguna costera relativamente aislada de un mar abierto, y el otro es precisamente eso un mar, que aunque conformado por los continentes y en ese sentido también es un mar cerrado, no se puede comparar al Mar Menor.

Ese parecido entre los dos mares en esas zonas, ¿es positivo o no para el ecosistema del Mar Menor?

El Mar Menor es un ecosistema muy singular, y en mi opinión debería de seguir siéndolo, por lo tanto y en la medida de lo posible deberíamos intentar que mantenga esos rangos diferenciadores que son sus señas de identidad.

Lagunas costeras hay muchas en el Mediterráneo, algunas de ellas parecidas al Mar Menor, pero cada una de ellas es diferente a las demás, influenciadas por la situación geográfica, el régimen climático, su relación con las aguas mediterráneas o atlánticas y otra multitud de factores. Dentro de ellas hay afinidades, por ejemplo las del sur de Francia son bastante similares, las de los deltas del Ebro o del Nilo también, pero en realidad el Mar Menor está relativamente alejado de otras lagunas y en una posición geográfica muy particular, no de otras zonas húmedas como las salinas de Torrevieja y Santa Pola o la laguna de La Mata, muy diferentes, de esto su singularidad.

También hay que reconocer que determinados cambios, como el ya varias veces mencionado ampliación del canal de El Estacio, han tenido repercusiones negativas, pero si ese intercambio de aguas no se hubiese producido, en determinadas décadas de finales del pasado siglo, cuando los vertidos estaban mucho menos controlados, se iniciaba la agricultura intensiva a gran escala en el Campo de Cartagena, y otros elementos del denominado "desarrollo" evolucionaban sin control, la dilución de contaminantes de todo tipo, los contenidos de oxígeno en la columna de agua y otros aspectos medioambientales podrían haber llevado a este pequeño mar interior a un situación de colapso.

¿Qué especies han sido las más perjudiciales o al contrario beneficiosasde las que han entrado desde el mediterráneo?
 
Bien, esta pregunta también se responde en parte con los argumentos de las anteriores. Simplificando de algún modo, estos cambios han sido más perjudiciales para aquellas especies o hábitats que por sus características, eran capaces de sobrevivir en un condiciones más rigurosas en el sentido del aislamiento, los ciclos anuales de temperatura y salinidad, las posibilidades de reproducción y otros factores, que hacían que la dominancia fuese de pocas especies, aunque con muchos individuos y los hábitats reducidos en número, pero ocupando o dominando la mayor parte del medio pelágico y bentónico. 

Por ejemplo en los trabajos de Lozano Cabo en la década de los 50 del siglo pasado, y anteriores, se describe una laguna con poca vegetación de fondo, y aunque en sus claves de identificación aparecen también más de cincuenta especies de peces, en realidad la biomasa en general estaba dominada por varias especies de mújoles, dorada, lubina, magre y diversos espáridos, además de otras especies no comerciales.

En la actualidad el número de especies descritas o identificadas en su interior se ha incrementado notablemente, aunque exceptuando el caso de la dorada que en los últimos años está alcanzando unos niveles de captura excepcionales, la dominancia del número de especies y de individuos más abundantes, está más equilibrada que en épocas anteriores.

¿Cuál crees que es la causa de que hayan podido penetrar esas especies invasoras en el Mar Menor?

En sentido estricto hay una diferencia entre especies colonizadoras e invasoras, y curiosamente en el Mar Menor tenemos de los dos ejemplos.  Por una parte está la adaptación de especies a ese proceso de convergencia entre ambos mares, es decir el primer caso es el de aquellas que tienen una distribución históricamente conocida en el Mediterráneo y que por diferentes circunstancias son capaces de adaptarse en el tiempo a las condiciones de la laguna. En el segundo caso, no son precisamente especies de distribución mediterránea, o al menos del Mediterráneo Occidental, y que con origen en otros mares u océanos, finalmente han encontrado un nicho ecológico favorable en el Mar Menor. 

Para las especies colonizadoras tenemos muchos ejemplos tanto de algas como la "oreja de liebre" (Caulerpa prolifera), como de vertebrados o de invertebrados. En el que el papel del hombre ha sido facilitar el intercambio de aguas y la similaridad entre ambos mares.

 Caulerpa prolifera ( Oreja de liebre )

Otra cuestión diferente es la llegada de especies exóticas o invasoras, procedentes de otros medios marinos alejados del Mediterráneo, como pudiese ser el caso del cangrejo azul de origen Atlántico o el opistobranquio Bursatella leachi,  que proviene del Mar Rojo. En este caso el papel del hombre también ha sido fundamental, ya que su presencia se debe a la importación de especies tanto de la pesca como de la acuicultura, al tráfico marítimo, y en general a la globalización en todos los sentidos que experimentamos durante las últimas décadas, y que va en sentido ascendente.

Entre esas especies invasoras, podemos contar con las medusas Cotilorhyzatuberculata (Huevo frito ) y la Rhizostmospulmo ( Medusa blanca ), que tantos quebraderos de cabeza han dado a los veraneantes y turistas en el Mar Menor,  ¿Crees que se está gestionando bien el modo de controlar la población de medusas en el Mar Menor o por el contrario tienes tu propia opinión de lo que se podría hacer o de cómo se podría gestionar mejor?

La cuestión de las nuevas especies de medusas en el Mar Menor es un tema controvertido y en muchas ocasiones con opiniones poco fundamentadas desde el punto de vista científico. Históricamente en el Mar Menor, antes de la apertura del canal de El Estacio, sólo se conocía la presencia de una especie Aurelia aurita. Un colega del Centro Oceanográfico empezó a estudiarla con el fin de realizar su Tesis Doctoral sobre la biología y la dinámica de la población  de la misma. Hay que comentar que en aquel momento se desconocía el ciclo biológico de dicha medusa, con lagunas del conocimiento importantes como por ejemplo donde se concentraban los pólipos.

Cuando se produce la colonización de las otras dos especies, la Comunidad Autónoma encarga tanto a la Universidad de Murcia como al IEO, un estudio para evaluar el efecto que esta proliferación podía tener, tanto a nivel de ecosistema como por las afecciones al baño y al turismo.

Lo mismo que pasaba con Aurelia, desconocíamos donde se fijaban los pólipos, la época y el desarrollo de las larvas éfiras, tasas de crecimiento y de supervivencia, etc. Inicialmente intentamos averiguar el lugar de fijación de los pólipos y las condiciones ambientales que requerían, ya que al tratarse de especies anuales, si se cortaba el ciclo, las posibilidades de que no hubiese reproducción al año siguiente eran elevadas. Igualmente hicimos una gran cantidad de ensayos en el laboratorio sobre la fijación de los pólipos, ya que si el relativo equilibrio salino entre el Mediterráneo y el Mar Menor, era el origen de la colonización, al aumentar la salinidad quizás no se produjese una producción tan masiva de medusas. Paradójicamente al aumentar la salinidad la fijación y la tasa de supervivencia de las medusas aumentaba.

Posteriormente tuvimos un proyecto de la Unión Europea, con más de 10 países participantes (puesto que hay que aclarar que la proliferación de medusas está muy extendida por todo el mundo), y de diferentes cuencas: atlánticas (Irlanda. Mar del Norte, Escandinavia, Báltico), mediterráneas y Mar Negro, que se tituló EUROGEL.  

Este proyecto aumentó de gran manera nuestros conocimientos y nos abrió nuevas perspectivas de investigación. Incluso fue reconocido dentro de la Unión Europea por su innovación a la hora de afrontar los retos tecnológicos e intelectuales de estas proliferaciones. Un método de censos ideado por Ignacio Franco, el mismo que comenzó a estudiar a Aurelia para su Tesis, fue el que diseñó un sistema vídeo submarino, que nos permitía en poco tiempo y con una gran fiabilidad estimar las poblaciones de medusas en el interior del Mar Menor.

Con el paso del tiempo nuestra perspectiva ha cambiado. El exceso de nutrientes procedentes del Campo de Cartagena, y el descontrol de los vertidos en superficie como el de la rambla del Abujón, pero también la entrada de subterránea a través de los acuíferos, conducen a una situación de estrés ambiental al Mar Menor, produciéndose un superproducción de biomasa en la cadena trófica, concretamente en la producción planctónica, fenómeno también conocido como eutrofia.

Bocarambla, desembocadura de la rambla del Albujón

Si no existieran filtradores eficientes en gran número como las medusas, los desequilibrios de la cadena trófica podrían ser mucho mayores, especialmente en las épocas de alta producción y aumento de las temperaturas. Por otra parte las medusas concentran en formas voluminosas (las propias medusas) toda esa biomasa planctónica en muchos casos microscópica, de manera que las redes (a pesar de sus inconvenientes) permiten un baño que si se tratase de evitar la entrada de zoo o fitoplancton sería imposible.

Por último estas dos especies no son de las más urticantes especialmente Cotilorhyza tuberculata, lo que también se desconoce es que otra especie muy común en el Mediterráneo Pelagia noctiluca, no ha podido colonizar el Mar Menor, debido a que no soporta su salinidad. Si dicha especie lo hubiese conseguido (nosotros las hemos encontrado dentro de la laguna, pero mueren rápidamente, y tiene un poder urticante muchísimo más elevado que las otras especies) ni siquiera las redes hubiesen sido un remedio, por una parte por su menor tamaño (hay una relación entre la luz de malla y consecuentemente con la resistencia al mar, y las condiciones de anclaje, peso de los muertos, etc., de las redes, y su capacidad de retener determinados tamaños) y por otra la fragilidad de sus tentáculos que se rompen muy fácilmente, de manera que aunque no pasara el cuerpo completo de la medusa al impactar con las redes estos entrarían en la zona de baño.  

¿Qué opinas acerca de la forma que se hace la regeneración de playas actualmente en el Mar Menor?¿crees que afecta de en algún modo, positivo o negativo, al ecosistema de la laguna?

En realidad en el Mar Menor no han existido playas, salvo las formadas por la lengua de arena de La Manga, que era un sistema dunar dinámico, que se movía y orientaba en función de los vientos domenantes. De hecho lo que han existido son riberas (de aquí el nombre de la pedanía de Santiago de la Ribera), es decir los límites internos de una laguna costera que por un proceso natural de colmatación va perdiendo superficie y volumen. Es debido a esto que durante mucho tiempo se usaron los balnearios como forma de salvar los primeros metros de la orilla, sin arena y a menudo con fango y piedras. Lo que sí que existían eran determinadas zonas donde se acumulaban los restos de moluscos bivalvos, conchíferos fundamentalmente de berberechos.

Arena amontonada en Puntabrava para la regeneración de la playa

El desarrollismo mal entendido, la presión de ayuntamientos y también de los ciudadanos hizo que se iniciasen obras de "regeneración de playas" (que ya sabemos que nunca las hubo), construcción de diques o espigones perpendiculares a la costa, nuevos obstáculos como los puertos deportivos, etc. La experiencia nos dice, que este tipo de actuaciones genera colmatación de la propia, laguna, turbidez y sus consecuencias para la fotosíntesis de algas y fanerógamas, incremento de la materia orgánica en el sedimento y consecuentemente fondos anóxicos, malos olores y otros efectos no deseados.    

4 comentarios:

Álvaro Sixto dijo...

Interesante entrevista, enhorabuena...

José Navarro Leandro dijo...

¡Gracias Álvaro!, me alegro que te haya parecido así.

Sol B dijo...

Este sitio realiza un gran trabajo.
Felicidades.
Saludos.

José Navarro Leandro dijo...

¡Muchas gracias Sol B!